Por: Javier Villarraga
Periodista Revista Alternativa
El ASIA (Autoimmune Syndrome Induced by Adjuvants) es un síndrome autoinmune y autoinflamatorio inducido por adyuvantes que pueden provocar un conjunto de síntomas que fueron descritos en el 2011 y asociados a una respuesta producida por diferentes tipos de sustancias las cuales al entrar en contacto con el individuo pueden producir la aparición de tales síntomas. Esas sustancias, descritas por los doctores Yehuda Shoenfeld y Nancy Agmon-Levin, pueden ser las vacunas, los metales pesados y los dispositivos médicos con silicona.
Al respecto, el cirujano plástico Ernesto Barbosa, miembro y expresidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (SCCP), aclara que son diferentes sustancias o cuerpos extraños los que pueden producir repentinamente reacciones inmunológicas, pero que hay uno en especial que son los biopolímeros incluidos en diversas sustancias, que personas inescrupulosas aplican en pacientes con fines estéticos, como silicona líquida, silicón en gel, metacrilato, parafina, vaselina o aceites, los cuales no son biocompatibles y producen con mucha frecuencia síndromes de estimulación inmunológica.
Por otro lado, Ernesto Andrade, miembro de la Asociación de Cirugía Plástica de Estados Unidos y con más de 30 años de experiencia como cirujano plástico, reconoce que se pueden presentar más casos de este síndrome en pacientes con silicona libre como los biopolímeros pero con el tiempo se ha demostrado que esto se presenta con frecuencia cuando la persona tiene además un factor de inmunodepresión asociada. “En el caso de los implantes mamarios la asociación es aún mucho menor, la relación que tiene el organismo con una prótesis es como la relación que se tenga con un huevo mientras este permanezca en la cáscara. Cuando se coloca un implante en el cuerpo, el organismo forma una cápsula tan fuerte que impide cualquier tipo de contacto” dice Andrade.
No es la primera vez que se habla de posibles consecuencias físicas producidas por las prótesis de silicona. En los años 90 fue suspendida su producción y comercialización en Estados Unidos por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) mientras se analizaba una posible relación entre los implantes y el desarrollo de cáncer de mama o activaciones de tipo inmunológico. Años más tarde la misma FDA decidió reactivar su producción y comercialización, al comprobar que no existía ninguna evidencia médica que demostrara que las prótesis producían cáncer del parénquima mamario u otro tipo de enfermedades autoinmunes.
Algunas sociedades científicas han descartado que el síndrome Asia pueda ser provocado por intervenciones de orden estético, señalan que la asociación entre esa condición de salud y la presencia de silicona en el cuerpo no cuenta con la suficiente evidencia científica que la respalde. Así mismo, han indicado que se trata de una condición médica “extremadamente rara” y han advertido que si bien algunos pacientes que se han hecho implantes pueden presentar síntomas, lo cierto es que no han encontrado que se deba a la presencia de silicona en el cuerpo.
Dr. Ernesto Barbosa, cirujano plástico.
Pánico generalizado
Recientemente se han difundido por redes sociales una serie de testimonios, entrevistas o videos de mujeres —especialmente de actrices, modelos, reinas de belleza o influenciadoras— en los que aseguran haber desarrollado este síndrome por la implantación de prótesis. Esto ha generado preocupación en aquellas personas que en algún momento de su vida se han puesto implantes e incluso han pensado en la opción de la explantación mamaria, razón por la cual se ha aumentado el número de estos procedimientos quirúrgicos en los que se extraen los implantes y además se realiza una reconstrucción de los senos.
Los síntomas mencionados por las personas afectadas suelen ser dolores articulares y musculares, insomnio, fatiga crónica, ojo seco, boca seca, alteraciones de la memoria, dificultad de concentración, entre otros. Pero más allá de la sintomatología, tanto la SCCP como la Asociación Colombiana de Reumatología (Asoreuma), recomiendan a aquellas que se sientan identificadas con la situación, que antes de asumir una patología consulten un especialista en reumatología, que son los profesionales médicos más indicados para determinar si la sospecha del síndrome es certera y luego consultar con su especialista en cirugía plástica para determinar cuál puede ser el manejo más adecuado de la situación.
El llamado de los expertos en este momento es a no dejarse llevar por el miedo, no todas las mujeres con implantes tienen o van a presentar síntomas, y en caso de tenerlos lo mejor es consultar a los especialistas antes de tomar una decisión apresurada de la cual se puedan arrepentir más adelante.
También es importante entender que aquellos pacientes que manifiestan molestias no se inventan sus síntomas y quienes deciden extraer los implantes lo hacen con la convicción de mejorar su calidad de vida. Es ideal, en todo caso, poder acceder a un manejo y a un tratamiento de manera rápida.
“La explantación mamaria no garantiza que los síntomas del síndrome desaparezcan de inmediato”
Dr. Ernesto Andrade, cirujano plástico
Patricia Murillo, es una de esas mujeres que tomó la decisión de quitarse los implantes hace un poco más de un año y aunque no fue una tarea sencilla desde entonces asegura sentirse mucho mejor tanto física como emocionalmente.
La historia de esta ingeniera industrial con las prótesis inició cuando tenía 24 años. Por moda y vanidad, acudió en su momento a una cirujana plástica para aumentar el tamaño de sus senos y durante 17 años vivió con implantes en su cuerpo. El año pasado se sometió a una explantación, no porque fuera diagnosticada con síndrome ASIA sino principalmente por una motivación de tipo espiritual.
Con el tiempo esta madre de tres hijos empezó a tener diferentes dolores, en especial unas migrañas terribles cada ocho días que la obligaban a inyectarse vipirona, para calmar el dolor. También padecía de dolores en rodillas, espalda, columna y aunque le realizaron varios exámenes nunca le detectaron una enfermedad o una causa que los originara.
Según cuenta Patricia, quien hace parte de una comunidad católica, un día empezó a llorar sin razón aparente, por lo que decidió arrodillarse y orar. Sentía un dolor en el alma que no podía entender. En ese momento sintió la presencia de la Virgen María que le hablaba y que le decía que su hijo se sentía muy triste al saber que tenía esas prótesis, desde ese entonces Patricia empezó a pedir perdón e hizo la promesa de retirarlos una vez tuviera los medios económicos, pidiendo que le preservara su salud y que no permitiera que le pasara algo malo.
Para el 2021, la ingeniera industrial ya venía trabajando desde hace unos años cuando recordó la promesa que había hecho, y contando con los recursos económicos empezó a consultar varios cirujanos plásticos de la ciudad de Villavicencio con la intención de practicarse una explantación, pero todos le advertían que de hacer el procedimiento podría quedar con el pecho plano y con cicatrices en su cuerpo, insistiendo, por el contrario, que se pusiera implantes de mayor tamaño.
Debido a estas opiniones Patricia desistió de su idea pero un año después volvió a sentir de nuevo el “llamado divino” y aunque dentro de sus planes estaba la posibilidad de hacer una maestría y de comenzar a trabajar en una nueva empresa, por cosas de la vida ninguna de las dos opciones se materializó. Fue ahí cuando entendió que primero debía cumplir su promesa.
La ingeniera retomó su búsqueda de cirujano pero no obtuvo buenos resultados. Los médicos insistían en que, dado su caso, no era recomendable este procedimiento porque no tenía tejido, las prótesis estaban encapsuladas y al retirarlas iba a quedar solo con piel. Patricia cuenta que a diario le pedía a Dios que le ayudara a conseguir un profesional idóneo hasta que una amiga de otra comunidad religiosa le recomendó al doctor Ernesto Barbosa, quien le dijo que en su caso era pertinente retirarse definitivamente los implantes. Al oír esto, Patricia dice que lloró de emoción y sintió un enorme alivio. Para ese entonces esta mujer tenía diagnóstico de prediabetes, hipertensión, hipertiroidismo y además padecía fuertes migrañas y dolores osteomusculares y de articulaciones.
El doctor Barbosa le propuso la explantación con reconstrucción y además una lipoinyección que consiste en extraer grasa del abdomen para luego inyectarla en los senos. A los ocho días de la valoración inicial fue operada y en menos de tres días ya había retomado sus labores cotidianas. Once días después de la intervención se fue de vacaciones con su familia a Estados Unidos sin problemas.
Patricia se siente muy a gusto con los resultados, asegura que su semblante cambió casi inmediatamente después de la cirugía, varias de sus familiares y amigas le decían que se veía mucho más joven y anímicamente se sentía mucho mejor. En cuanto a sus malestares, afirma que no ha vuelto a tener migrañas, ni dolores de rodilla y espalda. También le disminuyeron la dosis de los medicamentos para la hipertensión y ahora su hipotiroidismo está mucho más controlado.
“El llamado de los expertos en este momento es a no dejarse llevar por el miedo, no todas las mujeres con implantes tienen o van a presentar síntomas, y en caso de tenerlos lo mejor es consultar a los especialistas antes de tomar una decisión apresurada de la cual se puedan arrepentir más adelante”