Jueves, 21 de noviembre de 2024 Suscríbase
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Rodolfo Hernández, el poder político de las redes sociales

Sin lugar a dudas, el país está ante un fenómeno político por donde se le quiera mirar

Foto: Prensa Candidato.

Era un resultado que nadie esperaba. Seis millones de colombianos le dieron el aval al ingeniero santandereano Rodolfo Hernández, para que el próximo 19 de junio, en la segunda vuelta electoral, sea quien dispute con Gustavo Petro, quién será el próximo presidente de Colombia para el periodo 2022-2026.

Pese a que en las últimas encuestas se comenzó a identificar un aumento importante en la intención de voto de los colombianos, nunca en esos reportes nadie llegó a imaginar que seis millones de colombianos optarían por su nombre. En los cálculos de nadie estaba que el exalcalde de Bucaramanga obtuviera más de 830 mil votos en Bogotá; más de 616 mil votos en Cundinamarca, o más de 521 mil votos en Antioquia.

Pero, sin duda, lo más relevante ha sido el aporte del millón 100 mil votos en los Santanderes y los 500 mil votos de Meta y Tolima, que resultaron cruciales para marcar la diferencia por más de 900 mil votos sobre el exalcalde de Medellín Federico Gutiérrez.

La pregunta es simple: ¿cómo explicar semejante votación obtenida por un candidato que en la mitad de la campaña electoral se va por 15 días a Europa a descansar y reunirse con el Papa Francisco, y en la última semana no asiste a los tres debates más importantes del cierre de campaña?

No hay duda de que estamos ante un fenómeno político por donde se le mire. Con una carrera política que comenzó hace apenas siete años, en la que se elige como concejal de Piedecuesta y luego como alcalde de Bucaramanga. Hernández entra en la campaña presidencial con una estrategia de comunicaciones basada en el poder comunicativo de las redes sociales y un discurso centrado en la lucha contra los corruptos.

Hernández logra sacar provecho a los cambios en la política que imponen las redes. Su manera de comunicarse directa y sin medias tintas le permite aprovechar la manera en que las redes le dan forma política a un lenguaje sencillo (más bien pueblerino); da contenido político a los mensajes simples; crea espacios de deliberación política donde no los hay; y activa las formas de acción y los procesos decisionales en la política.

Lo que comenzó como un equipo de trabajo de cinco personas que le apoyaban una comunicación semanal los lunes a las 7:00 pm, le permitieron ir teniendo una manera de llegar a todos los territorios del país. Gracias a las redes, Hernández corrobora la efectividad del discurso contra los corruptos.

“Hernández logra sacar provecho a los cambios en la política que imponen las redes”

La asistencia prestada por un equipo de consultores extranjeros, que le hicieron entender que lo que en principio era un “simple espacio comunicativo”, en la medida en que se va extendiendo su uso, las redes se van convirtiendo en un poderoso mecanismo de relacionamiento y movilización social. Hernández entendió que, además de comunicar sus propuestas, las redes le permitían que sus interlocutores se constituyeran en portadores de un discurso político que se transformaba en una causa social. Su comunicación virtual no solo les daba una identidad política, sino que también les posibilitaba definir una agenda de trabajo frente a un problema o una necesidad. Nada más útil ni más potente para una campaña electoral.

La efectividad de los canales de comunicación permanente con miles de colombianos de los más distintos estratos y orígenes territoriales, sin tener que moverse de su lugar de trabajo, le dio cada vez más réditos políticos al candidato santandereano. Así, mientras sus competidores continuaban sus campañas electorales “volanteando” (repartiendo volantes en las calles más concurridas de las ciudades), Hernández seguía manteniendo una cada vez más fuerte red de comunicaciones políticas con quienes terminarían siendo sus electores. Seis millones en la primera vuelta y, como ya lo ha hecho público, aspira a que sean 12 millones en la segunda vuelta.