Ancianos sabios de diferentes pueblos indígenas creen que la Sachamama atrajo y protegió a Lesly Mucutuy y sus tres hermanos durante 40 días y 39 noches en los que fueron buscados con el alma por voluntarios y comandos de las fuerzas especiales. Los ancianos creen que la selva los devolvió en el momento e instante preciso, justo cuando ya la esperanza de hallarlos empezaba a apagarse.
En las primeras imágenes conocidas, se notaban en sus rostros un infinito cansancio, también el hambre y el miedo que padecieron por tanto tiempo. Lesly, Soleiny, Tien Noriel y el pequeño Cristián sobrevivieron el 1 de mayo a la caída de una avioneta en la que viajaban con su madre Magdalena Mucutuy. Ella murió junto a Hernando Murcia, el piloto, y, Herman Mendoza, un líder indígena que los acompañaba.
Foto: Fuerzas Militares
Es indescriptible pensar el horror que vivieron al caer de los cielos a una selva, que, si bien conocían, nunca pensaron estar solos en ella. Salir de la aeronave dejando el cuerpo de su madre, llorarla y empezar a errar en una zona de Colombia donde árboles de más de 60 metros de alto no dejan en muchas ocasiones que sepas cuando es de día o es de noche. Así es la ‘manigua’, una especie de magia que te doblega la voluntad y te lleva a lo más profundo y lejano del corazón amazónico.
La avioneta donde viajaban Lesly y sus tres hermanos fue encontrada 14 días después. Iniciando una búsqueda humanitaria nunca vista en la Amazonía de nuestro país. Más de 150 soldados del Ejército, incluidas las Fuerzas Especiales entrenadas para lo imposible, y más de 80 indígenas nasa, coreguaje, siona y murui empezaron a buscarlos metro por metro, conjugando cosmogonía y táctica. Un tetero y huellas encendieron la esperanza, luego toallas y otros elementos dieron certeza que los niños estaban caminando y caminando durante horas. El mal clima hacía perder el rastro con facilidad.
Foto: Fuerzas Militares de Colombia.
Desde los helicópteros, los militares lanzaron cientos de kits de supervivencia, que por el aspecto de los niños podría saberse que no encontraron. Al tiempo, por medio de altavoces se reproducían mensajes grabados por su abuela Fátima para darles esperanza de ser encontrados. Pero la selva es inclemente. Se escucha y se ve lo que la selva quiere, su propio sonido hace que no escuches nada más.
Manuel Ranoque, su padre, estuvo metido junto a las tropas buscándolos hasta enfermarse, llorando a su compañera, y esperando que sus oraciones cumplieran lo anunciado por los chamanes durante rituales: “pronto se destapará la oscuridad y podrán ser vistos”.
Foto: Presidencia en medio de la visita de Gustavo Petro y Verónica Alcocer a los niños.
La noche del viernes 9 de junio se dio la buena noticia, en un país acostumbrado a las malas, los ojos de millones lloraron de felicidad al ver las fotos enviadas por los soldados mostrando a Lesly, Soleiny, Tien Noriel y el bebé Cristián, quien cumplió su primer año durante una experiencia desgarradora.
Para muchos fue un milagro, para otros la recompensa a una operación militar con los máximos estándares, para otros, un éxito del trabajo en equipo y para los sabios ancianos del Amazonas, un mensaje de la Sachamama, que los hechizó y protegió, pero también devolvió de una selva que sufre la implacable deforestación de criminales que no creen en cuentos ancestrales o ambientales.
Lesly y sus hermanos están de regreso a casa, pero primero tuvieron que ser llevados al mismo cielo de donde cayeron hacía 40 días, para ser llevados al Hospital Militar en Bogotá y ser curados de sus heridas en la piel, las otras heridas las llevan por dentro y tal vez demoren mucho en sanar, pero será distinto hacerlo al lado de su padre y no en ese mar verde que a veces, no te devuelve. Aún quedan muchas preguntas, pero lo importante es que regresaron.
Las Fuerzas Militares también anunciaron que la Operación Esperanza no termina hasta no encontrar a ‘Wilson’, el perro rescatista que se extravió en medio de la búsqueda de los menores en la selva.