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Álvaro Leyva

¿Quién consignó los 30 millones de pesos de la “extorsión" al canciller Leyva?

La misión de tramitar y consignar los 30 millones de pesos que pidió el canciller para pagar una fuente anónima, corrió por cuenta de la mano derecha del entonces director de la DNI, Manuel Casanova y vieja compañera militante en el M-19. Esta es la historia

Los cabos sueltos sobre la historia de la supuesta extorsión y posterior chantaje al hoy suspendido canciller Álvaro Leyva, comienza a tener respuestas para conocer quién realizó la consignación en efectivo de los 30 millones de pesos, de los dineros de gastos reservados de la Dirección Nacional de Inteligencia -DNI-, en una sucursal de Bancolombia, ubicada en el centro financiero de la calle 72 entre la carrera séptima y once.

Como lo reveló la Revista Alternativa, esta larga novela policiaca cobró la cabeza del director de la DNI, Manuel Casanova, así como la del director de Inteligencia y contrainteligencia, el director de operaciones y la secretaria privada del director general, que salieron de sus cargos en el más absoluto silencio.

La historia de la supuesta extorsión y chantaje al ministro Álvaro Leyva, quien relató que una persona desconocida lo contactó por el chat de su celular personal para ofrecerle información sobre Camilo Bautista, uno de los socios dueños de Thomas Greg & Sons, porque había trabajado con él durante más de 20 años y conocía muchos de sus secretos. En contraprestación pidió 50 millones de pesos, que, según el propio canciller, después se rebajó a 30 millones de pesos.

Leyva contó que el dinero fue consignado en efectivo en una cuenta de Bancolombia, con dineros del Estado y con conocimiento de la Fiscalía para que controlara el envío del dinero y se pudiera saber la identidad de la fuente anónima que prometía revelar verdades sobre Camilo Bautista.

Pero muy pronto la historia tomó otro giro, cuando la W Radio, contó la otra versión, en palabras de la persona que contactó al canciller Leyva. Y la sorpresa fue mayúscula. Sus declaraciones a los periodistas de la W fueron explosivas. Señaló que jamás se trató de un chantaje sino del montaje de un escándalo mediático con la participación del propio canciller y funcionarios cercanos a su despacho.

Señaló que había sido contratado para montar la historia y después divulgarla en medios.

Pero que en las reuniones previas se había acordado que nunca se haría denuncia alguna ante la Fiscalía, sino que el escándalo serviría para mitigar los problemas que se habían generado para el canciller por cuenta de la licitación de los pasaportes.

En otras palabras, el mensajero de Leyva dejó en claro que se trataba de una auto extorsión con el fin de lograr victimizar al ministro frente a los problemas que enfrentaba por la investigación que había abierto la Procuraduría y la demanda millonaria interpuesta por Thomas Greg & Sons que sobrepasaba los 170 mil millones de pesos.

Rumbo a Palacio

A partir de ahí, las dos preguntas claves que han surgido han sido: La primera, quién ordenó el pagó de los 30 millones. La segunda, quién hizo la consignación en la sucursal de Bancolombia.

La historia que el canciller Leyva vendió en Casa de Nariño, tenía todos los ingredientes para obtener información que pondría contra las cuerdas a Thomas Greg & Sons, que en ese momento había anunciado la demanda multimillonaria por la cancelación de la licitación de los pasaportes que se le había adjudicado oficialmente y que el canciller reversó por orden de su jefe el presidente Petro.

El presidente Gustavo Petro y el canciller Álvaro Leyva /Presidencia de Colombia

En Palacio el canciller también señaló que por la información previa que había recibido, dejaba sin argumentos la férrea postura de la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado y la Procuraduría, que exigían una conciliación con Thomas de Greg y evitar la multimillonaria demanda.

Para Leyva vender su historia en Casa de Nariño no fue nada complicado. Sus largos años metido en las vicisitudes del conflicto armado en Colombia, sus tesis y análisis, despiertan fácilmente el interés de su interlocutor.

De esa manera convenció a director de la Dirección Nacional de Inteligencia, Manuel Casanova, que fue citado de manera urgente a Casa de Nariño a comienzos de enero del presente año. La reunión en Palacio fue de carácter reservado y se mantiene en absoluta reserva los nombres de los demás participantes que escucharon los argumentos del canciller y la posterior decisión de utilizar dineros de los gastos reservados de la DNI para pagar a una fuente anónima una información que servía al Estado.

Compañera de luchas

Casanova regresó a la oficina y de inmediato se reunió con su mano derecha y fiel escudera al interior de la DIN. La conocía desde la época de su militancia en el M-19 y desde entonces, tenía claro que era una de las guerrilleras más cercanas a su compañero de lucha, Gustavo Petro.

En marzo de 1982 el servicio de inteligencia de la Brigada de Institutos Militares, propinó uno de los golpes más duros a la plana mayor del M-19. En Bogotá fueron capturados 19 guerrilleros y uno de ellos fue Alba Consuelo Ramos. Ese grupo del M-19 confesó posteriormente ante la justicia haber participado en varios secuestros, extorsiones, atentados terroristas, entre otros delitos.

Cuando se realizó el proceso de reinserción a la vida civil, no pasó mucho tiempo para que Alba Consuelo Ramos se fuera en exilio durante largos años. El asesinato de varios de los dirigentes del M-19, la llevaron a tomar la decisión que lo mejor era vivir un tiempo por fuera del país mientras bajaba la tormenta.

Fueron casi 20 años en que Alba Consuelo Ramos vivió su periplo por varios países europeos.

Lentamente comenzó a visitar a Colombia y cuando Gustavo Petro fue elegido presidente y nombró a Manuel Casanova como director de la DNI, una de las primeras recomendaciones fue tener como mano derecha a Alba Consuelo Ramos.

Fue así como la nombró en el cargo de secretaria privada. Al interior de la DNI se comentaba que quien llevaba las riendas en la dirección era ella. Su temperamento fuerte, su disciplina de trabajo, muy pronto la convirtieron en una líder y de enorme ascendencia en las decisiones que tomaba Casanova.

Por esa razón, cuando el entonces director de la DNI salió de la reunión de Palacio tenía claro que la misión de la entrega de los 30 millones de pesos de los gastos reservados para pagar la información que el canciller Leyva considerada de sumo interés para la seguridad del Estado, solo la podía manejar una persona: Alba Consuelo Ramírez.

Así ocurrió. De acuerdo con las fuentes consultadas por Alternativa, ella fue quien estuvo al frente de la consignación del dinero en una de las sucursales de Bancolombia en la zona empresarial de la calle 72.

Sedes satélites

¿Por qué razón en ese sector? Porque otro de los temas que ha salido a la luz pública por cuenta de la supuesta "extorsión” al canciller Leyva es que la DNI tiene oficinas de fachada en varias zonas de la ciudad de Bogotá.

No ha sido claro el objetivo de estas sedes satélites, pero a Palacio también llegó el rumor que en esas oficinas satélites se estaba haciendo perfilamientos de ciudadanos que llamaban el interés de los hombres de inteligencia. Algo parecido al antiguo DAS.

Entonces, la pregunta que ha surgido es si la salida de Casanova, su secretaria privada, Alba Consuelo Ramos y los directores de Inteligencia y Operaciones, está relacionada con el tema del canciller y la forma poco convencional y profesional como se manejó o con las oficinas satélites de la DNI en varias zonas de la ciudad.

Alternativa conoció que los temas están entrelazados. Por un lado, el presidente no tuvo la información clara y suficiente, sobre el caso del informante de Leyva y, por otro lado, la información recibida en Palacio sobre el trabajo en esas sedes satelitales de la DNI en la ciudad, generó desconfianza en el presidente Petro quien decidió cortar por lo sano, a pesar de su cercanía tanto con Casanova como con Alba Consuelo Ramos, compañeros de lucha armada en tiempos del M-19.

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