El gobierno Petro está listo para hablar de paz con narcotraficantes. A un día de cumplir dos años en la presidencia, el presidente le abrió la puerta de la Paz Total al Clan del Golfo.
La delegación del grupo criminal estará liderada por Jonabis de Jesús Ávila, alias ‘Chiquito Malo’, un hombre que, según un informe de inteligencia, empezó a delinquir en 1997, año en el que formó parte de los grupos de vigilancia de cultivos de coca y de las rutas de transporte de cocaína.
Posteriormente en el año 2000 ingresó a las filas del Bloque Bananero de las Autodefensa Unidas de Colombia donde se convirtió en jefe de contraguerrilla, luego, cuando inició el proceso de paz entre el Gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe con los paramilitares, ‘Chiquito Malo’ se desmovilizó en 2004 en el corregimiento El Dos de Turbo, en Antioquia, pero en el 2005 regresó a la vida criminal con los disidentes del proceso, entre ellos los hermanos Úsuga, que encabezó Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, máximo comandante de la banda criminal.
¿Cómo será la negociación con el Gobierno?
En la primera fase, el gobierno verificará la voluntad de este grupo delincuencial de transitar hacia la legalidad, como un primer paso para la suspensión de las órdenes de captura de alias Chiquito Malo, alias Orozman, y otros integrantes de este grupo, Orlando Blanco, José Gonzalo Sánchez, José Miguel Demoya Hernández, Luis Armando Pérez Castañeda alias Bruno o Jerónimo y Elkin Casarrubia, alias Cura o Joaquín; quien había sido ex jefe paramilitar.
Sin embargo, el mecanismo parece ser el mismo que con la guerrilla del ELN y las disidencias de las FARC, grupos con los que la experiencia hasta el momento no ha sido la mejor, pero a pesar de esto, con el Clan del Golfo están buscando un diálogo socio-jurídico que conduzca no a una conversación, como han pedido estos delincuentes, sino al sometimiento a la justicia.
De concretarse, sería la gran hazaña del Gobierno porque el Clan del Golfo es el grupo ilegal con más hombres en armas. Fuentes cercanas a ese grupo hablan de por lo menos nueve mil hombres que delinquen principalmente en Antioquia, Córdoba y Sucre.