El presidente Gustavo Petro visitó Popayán, capital del departamento del Cauca, para lanzar la iniciativa denominada Misión Cauca. El evento, que tuvo lugar en el Centro de Convenciones Casa de la Moneda, se desarrolló en medio de un ambiente tenso debido a la presencia de líderes sociales que buscaban ser escuchados por el mandatario.
La jornada comenzó con cierta controversia, ya que inicialmente se reportó que varios líderes del departamento no habían recibido autorización para ingresar al recinto donde se llevaría a cabo el evento. Esta situación generó malestar entre los asistentes y anticipó el clima de tensión que se viviría más tarde. No obstante, mientras el presidente Petro ya se encontraba hablando, se permitió finalmente el ingreso de estos líderes al lugar.
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La intervención del presidente Petro tuvo una duración aproximada de una hora, durante la cual expuso los detalles de la Misión Cauca. Esta iniciativa, presumiblemente, estaba diseñada para abordar las problemáticas específicas que enfrenta el departamento, incluyendo las relacionadas con el conflicto armado y la presencia de grupos armados ilegales en la región.
Al concluir su discurso, el mandatario se vio confrontado por los gritos de los líderes sociales presentes en el recinto. Estos representantes de la comunidad expresaron su frustración por no haber tenido la oportunidad de ser escuchados directamente por el presidente, a pesar de ser, según ellos mismos manifestaron, los principales afectados por el conflicto armado en la región.
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Los reclamos de los líderes sociales se centraron en la necesidad de ser oídos y tomados en cuenta en las decisiones que afectan directamente a sus comunidades. Argumentaron que, como víctimas directas del conflicto y de la reciente escalada de violencia atribuida a las disidencias de las FARC en el departamento del Cauca, su perspectiva y experiencias son fundamentales para abordar efectivamente la situación de seguridad en la región.
Frente a estos reclamos, el presidente Petro optó por permanecer unos minutos más en el recinto. Sin embargo, su actividad se limitó a tomarse algunas fotografías con los asistentes, sin entablar un diálogo directo con los líderes que solicitaban su atención. Esta decisión generó mayor descontento entre quienes esperaban tener la oportunidad de expresar sus preocupaciones y propuestas directamente al jefe de Estado.