Son casi 20 mil desplazados entre Cúcuta, Tibú y Ocaña, de acuerdo a versiones preliminares, sin embargo, solo en la capital de Norte de Santander hay 15.086 de ellos, lo que ha sobrepasado la capacidad de atención que se tiene a nivel local. Al respecto, habló directo y en concordancia con la crisis humanitaria, la personera Ludy Páez.
“Necesitamos que el gobierno nacional, más que venir a saludarnos, venga aquí a hacer inversión y facilite el proceso de formación de estos niños”, expresó.
La representante del Ministerio Público a nivel local expresó su preocupación por asuntos fundamentales como la salud y educación de los niños, por lo que exigió la presencia de los ministros de esas áreas, Guillermo Alfonso Jaramillo y Daniel Rojas, respectivamente.
“La situación se nos va a desbordar y no vamos a ser capaces de atenderlos. No tenemos ninguna información de cómo atender a todas esas personas en caso de presentar alguna situación especial”.
Afirmó que el alcalde Jorge Acevedo y la secretaría de Educación del departamento han tenido toda la buena voluntad, sin embargo, algunas medidas requieren de la intervención de autoridades nacionales. Sugirió que las instituciones educativas de Cúcuta, las que no tienen clases actualmente, podrían facilitar las aulas, para que los niños estén ahí ubicados y ser formados por los 227 docentes que han llegado del Catatumbo desplazados.
“No podríamos vincularlos en un establecimiento educativo de Cúcuta, porque ellos estudian con el modelo flexible, de tal manera que no podría prestarse el servicio a unos de la forma regular y a otros con el mecanismo flexible”.
También propuso que el departamento les facilite el transporte y/o la alimentación escolar que ya estaba presupuestado, para que todos los estudiantes sigan en las aulas de clase.