Las marchas programadas para este martes, en conmemoración del Día Nacional de las Víctimas del Conflicto Armado, han generado gran expectativa en Colombia. Convocadas por la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), estas manifestaciones han suscitado opiniones encontradas, especialmente en lo que respecta al respaldo al Gobierno y las demandas de reforma.
Por un lado, varios congresistas han expresado su apoyo a las manifestaciones como un respaldo a la búsqueda de paz y justicia social por parte del Gobierno. La representante María Fernanda Carrascal, del Pacto Histórico, instó a la ciudadanía a movilizarse en apoyo a la agenda del "Gobierno del cambio", que incluye reformas en ámbitos como la salud, las pensiones y la educación.
Sin embargo, también hay críticas hacia la convocatoria de las marchas. El senador Jota Pe Hernández, de Alianza Verde, cuestionó la instalación de una gran tarima en la Plaza de Bolívar, sugiriendo que reflejaba el temor del Gobierno a no llenar el espacio. Además, planteó dudas sobre la necesidad de más reformas tributarias, cuestionando el manejo de los recursos por parte del Ejecutivo.
Por otro lado, Hernán Cadavid, representante del Centro Democrático, señaló las restricciones que, según él, impone Fecode al acceso a la educación de calidad al movilizar a los estudiantes. Cadavid criticó lo que considera una inestabilidad institucional generada por el actual gobierno y cuestionó las motivaciones detrás de las marchas convocadas por movimientos sindicales.
En medio de estas posiciones divergentes, las marchas de este martes representan un escenario de debate y confrontación de ideas en torno a las reformas propuestas por el Gobierno y el papel de los sindicatos en el panorama político y social de Colombia.