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Maestros se toman Bogotá

El hecho de declarar a la educación un derecho fundamental impediría las huelgas de los maestros, un medio usado frecuentemente por Fecode para presionar a los distintos Gobiernos.

Alternativa/Hansel Vásquez

Decenas de miles de profesores de todo el paísse tomaron las calles de Bogotá en una macro protesta que concurrió en la Plaza de Bolívar, a las puertas del Congreso, donde reiteraron a los legisladores que no quieren que se apruebe la Ley Estatutaria de la Educación.

Las protestas estuvieron convocadas por el mayor sindicato de profesores del país, la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), quienes en su cuarto y más masivo día de paro nacional reiteraron su descontento con la nueva reforma estatutaria, presentada por el Gobierno, pero que critican que ha sido transformada por las enmiendas que ha hecho la oposición en su trámite legislativo, donde solo le queda un debate para ser aprobada.

"Abajo las enmiendas y los micos (como se llama en Colombia a los artículos que se cuelan en el trámite de las leyes) que nos quieren meter" gritaban, megáfono en mano, los maestros que salieron a protestar desde la sede bogotana de la Universidad Nacional, uno de los cuatro puntos estratégicos de la ciudad desde donde salieron las marchas.

"El mico que nos metieron quiere privatizar la educación y no lo podemos permitir", aseguró a EFE un manifestante, que participó en un pequeño teatro en medio del desfile en el que sus compañeros fingieron atacarlo "por la educación como derecho fundamental".

Alternativa /Hansel Vásquez

Derecho fundamental

El proyecto de ley estatutaria representa un cambio importante en la legislación colombiana porque busca ampliar la educación pública de los 5 a 15 años, que establece la Constitución, a tres grados de preescolar y la enseñanza universitaria, y así actualizar el sistema educativo del país a los estándares internacionales, saldando una deuda en el cumplimiento de los mandatos constitucionales.

El hecho de declarar a la educación un derecho fundamental impediría las huelgas de los maestros, un medio usado frecuentemente por Fecode para presionar a los distintos Gobiernos.

Uno de los directivos de la Asociación Distrital de Trabajadores y Trabajadoras de la educación (ADE), William Javier Díaz, expresó a EFE que su lucha es por "una verdadera ley para la educación en Colombia, defendiendo su carácter gratuito, su carácter estatal y la financiación que tiene que tener".

Con la marcha, como resalta Díaz, no quieren protestar contra el Gobierno de izquierdas de Petro, que apoyaron incluso con financiación en la campaña, sino contra las enmiendas que ha sufrido en su trámite en el Congreso, donde estaba previsto que se debatiera hoy, pero no ha sido agendada.

"Estaremos en las calles y no haremos ni uno ni dos sino muchos estallidos sociales hasta que nos devuelvan los derechos", añadió.

Alternativa/ Hansel Vásquez

"No tememos la evaluación"

Al paro nacional acudieron docentes de varios departamentos de Colombia, entre ellos un grupo del Valle del Cauca, presididos por el secretario general de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de esa región, Luis Fernando Jaramillo, quien destacó a EFE que ellos son "los maestros más evaluados del mundo entero".

Una de las reformas que ha generado más revuelo entre las quejas de los sindicatos es el Artículo 39 de la misma, que establece que los resultados de los jóvenes en los exámenes del Estado servirán para evaluar a los maestros.

Esta evaluación es la que les permitiría ascender en el escalafón del magisterio, aunque Jaramillo afirmó que lo que los preocupa no es la evaluación sino los medios: "Lo que no vamos a permitir es que se nos evalúe con los criterios neoliberales de Paloma Valencia (senadora uribista)".

Apoyo y algunos desmanes

A los miles de docentes con banderas colombianas y regionales que salieron a las calles a protestar, se les sumaron estudiantes de la Universidad Nacional (pública), quienes a grito de '¡Viva la U, viva!', se volcaron en la defensa de sus educadores.

Sin embargo, mientras la marcha se acercaba al Centro de Memoria y Reconciliación, jóvenes encapuchados con sprays empezaron a pintar y romper los vidrios de estaciones de Transmilenio con escritos como 'Transmiseria' y '(centro de memoria) sin memoria', ganándose los abucheos de los maestros quienes rechazaron sus acciones.

"¡Esto también es educación!, solo tenemos para el pasaje de transporte o para el almuerzo, no para ambos", dijo a EFE uno de los encapuchados que prefirió no identificarse.

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