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En busca de un gran Acuerdo Nacional

La campaña de Gustavo Petro sembró las bases de un consenso político que le permita gobernar los próximos cuatro años desde el interior de los movimientos de izquierda. Esta es la historia.

¿Cómo será ese acuerdo nacional que anunció en su discurso al país el presidente electo Gustavo Petro, la noche del pasado domingo durante la celebración del triunfo? Para el equipo asesor del nuevo presidente de Colombia, es un trabajo que tiene sus cimientos desde el momento en que empezó la campaña y que tuvo como primer objetivo las elecciones del Congreso de la República.

Los diseñadores políticos para armar este gran acuerdo llegaron de otros movimientos políticos, con una enorme experiencia en el manejo de campañas presidenciales, con piel curtida para aguantar la presión de quienes se consideraban intocables dentro del Pacto Histórico por el simple hecho de militar por años en la izquierda.

“En las primeras semanas se vivió una tensión muy fuerte, incluso con reclamos al propio candidato por la llegada de personas que venían del Partido Liberal, otros de la U, algunos de Cambio Radical”, señala a Alternativa uno de los asesores.

El primer paso que se dio fue lograr unificar los diferentes partidos que conforman la izquierda en el país. Evitar llegar divididos a las elecciones del Congreso. Para los asesores esa unificación traería un enorme beneficio político. Lograr una votación histórica y alcanzar una alta representación tanto en Senado como en Cámara. Por el momento son 20 senadores y 16 representantes.

“Dos mujeres serán ministras de las carteras de Defensa y Relaciones Exteriores, mientras un hombre ocupará el ministerio de Hacienda”

El segundo paso

El primer objetivo de los asesores políticos se cumplió en las elecciones parlamentarias. Las relaciones de trabajo al interior del partido mejoraron ostensiblemente, pero todavía faltaba el principal reto: llevar a Gustavo Petro a la Presidencia de la República. Para ello tenían claro que solos era imposible lograrlo.

Entonces, comenzaron a trabajar en lo que se conoció internamente como el “frente amplio”. Esta estrategia consistió en atraer figuras políticas de otros partidos y de empresarios que permitieran sumar en votos y en confianza empresarial.

No obstante, las críticas de la izquierda radical no se hicieron esperar por la presencia de políticos que estaban más relacionados con la “mermelada” en tiempos pasados, que con impulsar cambios, especialmente en temas sociales y en proceso de la consolidación de la paz.

“Hubo muchas fricciones en lo interno y muchas críticas hacia la opinión pública y en especial al electorado, que en ese momento era clave para intentar ganar la Presidencia en la primera vuelta. Y vivimos la crisis con el jefe del Partido Liberal que en ese momento consideramos clave para consolidar el triunfo”, señala uno de los asesores.

Sin embargo, entre primera y segunda vuelta, llegaron a la campaña del Pacto Histórico una serie de expertos en materia económica que hicieron pública su adhesión, otro grupo de políticos que habían trabajado en la campaña de Sergio Fajardo y se sumaron más integrantes de Cambio Radical, los verdes y de movimientos sociales que comenzaron a trabajar muy fuertemente para la segunda vuelta presidencial.

Para los asesores, no hay duda alguna, que estas fuerzas fueron vitales en el triunfo del pasado domingo. “Después de la primera vuelta, la proyección era lograr 1.5 millones de votos si queríamos lograr la victoria. Logramos tres millones más y reafirmamos que para poder gobernar solo será posible bajo un gran acuerdo nacional.

El nuevo gobierno de Gustavo Petro no tendrá mayorías en el próximo Congreso.

Esa es la fase tres. El trabajo empezó la misma noche del domingo, cuando se conocieron los resultados electorales. El presidente elegido Gustavo Petro y su equipo de asesores han empezado a tender puentes especialmente en dos frentes: Partido Liberal y Partido Conservador. Y hay un tercer protagonista que son los congresistas que representan los movimientos minoritarios en el parlamento.

Para los asesores, lograr la gobernabilidad de Gustavo Petro está en una serie de acuerdos políticos que permitan conformar un gabinete de unidad nacional. Donde también haya paridad de género, que permita impulsar el programa de gobierno y atender las necesidades en lo social.

Pero ese acuerdo nacional también busca espantar los temores de que Petro va a cambiar la Constitución, va a perpetuarse en el poder o va a expropiar la propiedad privada.

Otro de los puentes que se han comenzado a tender es con el expresidente Álvaro Uribe. No será una tarea fácil y el nuevo gobierno cree que el Centro Democrático estará en la oposición.

Igualmente, se trabaja en una reunión clave: con Rodolfo Hernández. Más de diez millones de votos representan una fuerza política muy importante. Pasada la confrontación de elecciones, las aguas mansas en lo político retornan a su cauce y la reunión con el ingeniero y su equipo de trabajo será distensionada para buscar consensos dentro de ese acuerdo nacional.

También se trabaja en definir cuanto antes quiénes serán los ministros de Hacienda y de Defensa. El primero, para darle un mensaje de tranquilidad al sector empresarial y a los mercados internacionales. El segundo, para bajar la crispación que hubo en campaña con la oficialidad del ejército. Para ambos cargos ya hay terna. En la de Hacienda será de hombres, mientras en Defensa, las riendas las llevará una mujer. Para la cancillería, en la agenda del presidente ya también hay un nombre y es mujer.