El año 2023 en Colombia ha sido testigo de un aumento significativo en el número de secuestros, marcando la cifra más alta en la última década. Las estadísticas del Ministerio de Defensa hasta noviembre muestran un incremento del 63% en las víctimas en comparación con el mismo período del año anterior, con un total de 316 secuestros.
Este fenómeno ha generado conmoción en la sociedad colombiana, especialmente después del secuestro del padre del futbolista Luis Díaz por parte del ELN. El temor y la indignación se han extendido, llevando al futbolista Radamel Falcao a expresar su preocupación por jugar en Millonarios debido a este antecedente.
En respuesta al aumento de los secuestros, el gobierno de Gustavo Petro ha logrado acuerdos con el ELN y el Estado Mayor Central de las Farc para poner fin a esta práctica. El nuevo comisionado de paz, Otty Patiño, ha establecido la cesación de los secuestros con fines extorsivos como una línea roja para avanzar en las negociaciones de paz total.
A pesar de estos avances, el desafío radica en garantizar que se cumplan los compromisos asumidos por los grupos armados. La liberación de 26 personas secuestradas, identificadas en una lista proporcionada por el gobierno al ELN y al mecanismo de monitoreo, es un paso inicial hacia ese objetivo.
Uno de los casos emblemáticos de secuestro este año fue el del sargento Libey Danilo Bravo, quien sufrió esta terrible experiencia durante más de 20 años en el Ejército. Aunque fue liberado, su testimonio refleja las duras condiciones a las que se enfrentan las víctimas de secuestro, incluyendo maltratos y extorsiones.
La sociedad colombiana, que había experimentado una disminución del secuestro con el proceso de paz de las Farc, ha despertado nuevamente ante este delito. La sociedad exige la liberación de todas las personas secuestradas y la erradicación de la extorsión, una fuente crucial de financiamiento para grupos armados.
El gobierno también se enfrenta al desafío de abordar los secuestros perpetrados por bandas delincuenciales no vinculadas al conflicto armado. Aunque se han logrado avances en las negociaciones de paz, la atención se centra ahora en consolidar la paz total y garantizar la seguridad de los ciudadanos colombianos.