Universidad Pontificia Javeriana
Por: Javier Villarraga
Periodista Revista Alternativa
Uno de los problemas que enfrenta la educación superior en Colombia desde hace mucho tiempo es el de la deserción estudiantil, muchos jóvenes que se inscriben en programas, no sólo profesionales sino también de educación técnica y tecnológica, no culminan sus estudios, y lo más preocupante es que las cifras van en aumento.
Esta problemática no es nueva lo que pasa es que debido a la falta de estudios no ha sido posible medirla de una manera consistente, pero gracias al trabajo de instituciones como el Laboratorio de Economía de la Educación (LEE) de la Pontificia Universidad Javeriana, es posible tener información relevante que le permita a los responsables de políticas públicas diseñar estrategias y acciones encaminadas a la reducción de la deserción en la educación superior.
El LEE presentó recientemente un informe sobre deserción en la educación superior en Colombia el cual reveló entre otras cosas que la tasa anual de deserción promedio alcanzó el 11,0 %, es decir que en cada semestre, aproximadamente uno de cada 10 estudiantes matriculados en instituciones de educación superior abandonaron sus estudios y dejaron el sistema educativo, según datos recopilados entre 2000 y 2021.
Entre los datos analizados, se identificó también que el grupo de estudiantes que experimentó la mayor tasa de deserción fue aquel que ingresó al primer semestre en el segundo semestre de 2020. Durante ese período, el 12,6 % de los estudiantes que ingresaron desertaron desde el primer semestre. Mientras que, para el segundo semestre, la tasa aumentó significativamente, llegando al 19,9 %. Estos resultados reflejan un desafío importante en la retención y el acompañamiento de los estudiantes que ingresaron durante ese periodo específico.
Para este análisis el LEE utilizó información disponible en el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES) y el Sistema para la Prevención y Análisis de la Deserción en las Instituciones de Educación Superior (SPADIES) del Ministerio de Educación Nacional (MEN). En este último, la deserción se define como el “estado de un estudiante que de manera voluntaria o forzosa no registra matrícula por dos o más períodos académicos consecutivos del programa en el que se matriculó; y no se encuentra como graduado, o retirado por motivos disciplinarios”.
Según Gloria Bernal, docente del Departamento de Economía de la Universidad Javeriana y codirectora del LEE, el análisis nace por la preocupación de que una buena parte de estudiantes que ingresan a la educación superior no se va a graduar “a grandes rasgos de cada 100 chicos que entran a la educación superior solamente la mitad se va a graduar y si se mira desde más atrás, la situación es aún más compleja, teniendo en cuenta que de los 100 niños que entran a primero de primaria aproximadamente apenas la mitad logrará graduarse como bachiller” afirma la docente.
Lo más preocupante es que según esta tendencia, la mitad va a desertar del sistema educativo, lo que se traduce en graves consecuencias tanto para el futuro de los estudiantes desertores como para el desarrollo del país en general, debido a la pérdida del talento humano y de la inversión con recursos públicos que desafortunadamente no logró los objetivos. En cuanto a los estudiantes, la deserción representa no sólo pérdida de tiempo y recursos económicos sino también desventajas a la hora de ingresar al campo laboral.
Gloria Bernal, codirectora del LEE. Foto por: Hansel Vásquez, revista Alternativa
Multifactorial
Si bien la falta de recursos es una de las razones más comunes por las cuales las personas desertan de la educación superior, vale la pena anotar que no es la única. En este sentido también juega un papel importante la falta de preparación desde el colegio. De acuerdo con la codirectora, muchos jóvenes cuando entran a primer semestre o módulo de un determinado programa de educación superior, llegan con muy malas bases de lectura, matemáticas, ciencias, entre otras áreas que son de vital importancia en el proceso de aprendizaje de la mayoría de carreras.
Otra de las causas frecuentes que han identificado, es la falta de información vocacional, varias personas inician una carrera motivadas quizás porque en el futuro una determinada profesión le puede representar mejores ingresos que otras pero resulta que no tienen la vocación o las habilidades necesarias para esa carrera y con el paso del tiempo terminan frustradas por no lograr los objetivos.
En tercer lugar, se menciona la falta de recursos, especialmente en los estudiantes de estratos más bajos, aunque pueda que algunos consigan el dinero para la matrícula y los semestres, a veces no pueden continuar por que no les alcanza para suplir los gastos de sostenimiento relacionados con transporte, libros, alimentación y demás.
Esta realidad se hace evidente al constatar que la tasa de deserción tiende a disminuir a medida que se incrementa el estrato socioeconómico. En los datos correspondientes al segundo semestre de 2021 se observa que la tasa de deserción en el sistema educativo fue del 13,3 % entre los estudiantes pertenecientes al estrato uno, mientras que dicha tasa se redujo al 7,1 % entre los del estrato seis, cifras que revelan las disparidades socioeconómicas y su impacto en las decisiones académicas de los estudiantes.
Universidad Pontificia Javeriana
Instituciones con mayor deserción
Otro de los aspectos que determinó el informe es referente a donde se presenta una mayor deserción, siendo esta más frecuente en las instituciones tecnológicas cuya tasa fue en promedio de 18,2 % en el segundo semestre de 2021, mientras que la menor tasa corresponde a las universidades (7,7 %). Esto radica en parte a que los programas para evitar la deserción suelen ser mucho más robustos en las universidades que en las instituciones tecnológicas, pero también a que los estudiantes que pueden ingresar a una universidad suelen tener un mayor nivel socioeconómico que aquellos que entran a instituciones técnicas y tecnológicas. Se estima que los apoyos académicos y financieros disminuyen de forma considerable la deserción.
Igualmente, al comparar los diferentes tipos de instituciones, en promedio, la tasa de deserción es ligeramente superior en las oficiales (11,9 %) en comparación con las no oficiales (10,0 %). A esto se suma el hecho de que la tasa de graduación es más alta en las no oficiales que en las oficiales. Y respecto al semestre en que más se abandona la educación, el informe indicó que el primer semestre es el más crítico de todos.
Deserción escolar
Dentro de los propósitos del LEE también está buscar o procesar información de educación escolar. En los diferentes estudios que han realizado al respecto han podido establecer que en los cursos donde hay más deserción son de quinto a sexto y de noveno a décimo. En 2020 y 2021, a nivel nacional se presentaron en transición 14.000 casos; primaria 64.000; secundaria 54.000 y en educación media 14.891. A nivel regional, Bogotá presenta una tasa baja comparada con la de los departamentos de Putumayo, Caquetá, Vaupés y Guainía. Esta problemática de abandono de la educación resulta más crítica en el colegio, sobre todo en algunas regiones donde los grupos al margen de la ley suelen reclutar menores para la guerra o pueda que también aumente el riesgo de embarazos adolescentes, consumo de sustancias ilícitas y delincuencia común.
Universidad de los Andes