La senadora Paloma Valencia presentó una denuncia sobre la situación financiera de la Nueva EPS, bajo la gestión del gobierno de Gustavo Petro. Según Valencia, los pasivos de la entidad en 2024 excederían los 12,6 billones de pesos, una cifra que supera significativamente lo informado previamente. La información, revelada por una acción de tutela, muestra también un panorama crítico para la EPS, con pérdidas millonarias que cuestionan la transparencia en el manejo de la entidad.
Entre los puntos destacados, se encuentra la diferencia entre las pérdidas oficiales y las reales en los reportes financieros. Aldo Cadena, directivo de la EPS, había informado que las pérdidas en 2023 ascendieron a 411 mil millones de pesos. Sin embargo, los documentos enviados a las autoridades muestran que las pérdidas en realidad superaron los 4,4 billones, lo que representa un incremento de más del 350% comparado con el año anterior. Este desfase ha generado cuestionamientos sobre la veracidad de los reportes.
Otro aspecto revelador es el incremento en los pasivos de la EPS, que casi se duplicaron en un año. Según el balance general de la Nueva EPS, los pasivos al cierre de 2023 llegaron a 11,7 billones de pesos, mientras que el monto reportado ante la Superintendencia de Salud fue de 6,6 billones. La senadora Valencia señaló que este crecimiento en los pasivos plantea serias dudas sobre la sostenibilidad financiera de la entidad y la efectividad de la administración actual.
A esto se suma la falta de certificación en los documentos financieros de la EPS. Los estados financieros, según lo reportado, carecen de firmas o certificación de una auditoría externa, un requisito para validar la información contable. Deloitte, la firma que previamente auditaba a la Nueva EPS, indicó que no recibió la documentación necesaria para llevar a cabo la auditoría correspondiente. En su lugar, la EPS tiene actualmente una contralora delegada, quien no ha emitido un reporte final de 2023 ni del primer semestre de 2024.
La situación de liquidez de la EPS se ve agravada por el aumento de la siniestralidad. Los datos de junio de 2024 muestran que la EPS gasta 126 pesos por cada 100 que recibe, en comparación con los 95 pesos que gastaba en la administración anterior. Este cambio, que ha sido calificado por la senadora como una "crisis de liquidez", pone en riesgo la estabilidad de la entidad y del sistema de salud en general.
Además, la EPS enfrenta deudas pendientes con las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS). Aunque se había prometido un giro directo para cubrir estas deudas, el 20% del pago sigue pendiente. Según la Nueva EPS, estos pagos dependen de ajustes en la Unidad de Pago por Capitación (UPC) y de la capitalización por parte de sus socios. En respuesta, la senadora Paloma Valencia enfatizó que la negativa de la EPS a entregar información completa representa un desafío que debería abordarse a fondo.