En un comunicado emitido recientemente, la Delegación de Gobierno ha anunciado su intención de abordar la preocupante situación humanitaria que aqueja al departamento de Arauca en la próxima reunión con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), programada para este viernes. Esta declaración llega en medio de un incremento de la violencia en la región, marcada por enfrentamientos entre diferentes grupos armados.
La preocupación expresada por los delegados se centra en el incremento de la violencia en Arauca, especialmente en la región de Sarare, donde en las últimas semanas se han registrado cuatro asesinatos de defensores de derechos humanos. Estos hechos han generado una escalada de conflictos entre el Frente Oriental del ELN y el Estado Mayor Central, lo que ha llevado al gobernador Renson Martínez Prada a solicitar una intervención urgente al presidente Gustavo Petro.
El conflicto en Arauca se complica aún más con los enfrentamientos entre el ELN y la disidencia de las antiguas FARC, conocida como Estado Mayor Central, con quien el Gobierno mantiene un proceso de paz activo. Ante esta situación, la disidencia ha propuesto un cese bilateral al fuego en la región como medida para mitigar la violencia.
En respuesta a esta propuesta, la disidencia también ha expresado su disposición para buscar una solución negociada con la participación social, proponiendo un encuentro que involucre a delegados de ambos grupos armados, países garantes, acompañantes y entidades gubernamentales. Su objetivo es alcanzar acuerdos con el ELN para resolver el conflicto que ha prevalecido durante décadas en la región.
Los combates entre las Fuerzas Militares y la disidencia EMC también contribuyen a la inestabilidad en Arauca, como se evidenció recientemente con la muerte de la jefa del frente de las disidencias en Casanare. Estos incidentes se suman a una serie de asesinatos que comenzaron el pasado marzo, incluyendo el del firmante del Acuerdo de Paz con las FARC, Luis Alfredo Gaitán, y del joven líder Emerson David Silva Martínez.
La escalada de violencia en Arauca ha provocado una grave preocupación entre las comunidades y organizaciones de derechos humanos en la región de Sarare, que han sido blanco de ataques. Leonardo González, director de Indepaz, ha advertido sobre el impacto de estos ataques en las comunidades locales, que han resistido al conflicto armado y a la imposición de normas por parte de los grupos armados.