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“De aquí en adelante, habrá más gobiernos de izquierdas en Colombia”: Carlos Carrillo

Carlos Carillo es un bogotano, diseñador industrial de la Universidad Nacional con una Maestría en Arte y Diseño de la Universidad de Donghua (Shanghai).

Carlos Carrillo, director de la UNGRD - Foto: Alternativa/Hansel Vasquez

Carlos Carillo es un bogotano, diseñador industrial de la Universidad Nacional con una Maestría en Arte y Diseño de la Universidad de Donghua (Shanghai). Fue profesor universitario y logró notoriedad, no solo en la capital sino en el resto del país, por ser uno de los más férreos opositores de Enrique Peñalosa y uno de los promotores de su revocatoria en su segundo mandato.

Revista Alternativa: ¿Cómo es que un diseñador industrial, con un máster en China, termina metido en la política?

Carlos Carrillo: Sí, es un máster también en diseño y es interesante porque si usted lo traduce literal, es diseño y arte sí y sí, pero en realidad era un Máster en Diseño Industrial.

¿Dónde aprendió chino?

En Shanghái en China. Estudié chino mandarín dos años intensivos.

Bueno y se hace famoso por las acusaciones contra Enrique Peñalosa sobre el Transmilenio y pasó a ser líder de la revocatoria contra el exalcalde.

(Risas) Famoso Maluma, pero sí hubo un reconocimiento por unas investigaciones que hice sobre la historia académica de Peñalosa, pero, sobre todo, su relación con el cabildeo internacional de los buses BRT. Es ahí donde adquiero un liderazgo con la revocatoria de Peñalosa, que empezó a granjearme muchos enemigos dentro de la misma izquierda. Fue algo que se dio en un proceso muy natural. Yo nunca había hecho política, no soy un cuadro formado, no estuve ni en la FMDJ, ni en la JUCO, de hecho, cuando estudié en la Nacional, estuve aparte de todo el movimiento estudiantil y terminé metido en la política.

Y llega al Concejo de Bogotá. ¿No empezó a conocer los rostros de la corrupción desde allí?

Sin duda alguna. La corrupción está enquistada en la clase política colombiana y en la sociedad porque no es algo que se limite a lo público. Cuando usted escucha escándalos como el de SaludCoop, se da cuenta que no se ha limitado a lo público y ahí es donde unos sectores políticos, que defienden una ideología, quieren hacer ver que la cura para la corrupción es desmantelar el Estado. Yo creo que eso es muy equivocado la cura contra la corrupción, está en reconstruirnos como sociedad y en reconstruir esa confianza. En el caso de los recursos públicos, entender que no le están robando a un ente abstracto, le están robando a los niños de La Guajira.

“La cura contra la corrupción, está en reconstruirnos como sociedad y en reconstruir esa confianza. En el caso de los recursos públicos, entender que no le están robando a un ente abstracto, le están robando a los niños de La Guajira”

Pero volviendo al tema de Peñalosa, ¿no fue la respuesta electoral al desastre administración de Petro?

Yo creo que la administración de Petro no fue tan desastrosa como algunos actores lo promueven, dentro de la legítima discusión política. Sí creo que la administración de Petro cometió errores a la hora de asegurar la continuidad de sus proyectos, por eso es que la administración de Peñalosa logra ser tan vengativa y logra destruir todo lo que se había avanzado en esos cuatro años que estuvo el presidente Petro como alcalde de Bogotá.

Pero además quiero resaltar una cosa, y es lo bien hecha que estuvo la campaña de Peñalosa en el 2015. Esa campaña, como caso de estudio, de estrategia política, fue extraordinaria. Mucha plata tuvo que haber habido ahí detrás.

Usted ha sido militante del Polo Democrático, pero muy crítico de otras vertientes de la izquierda. ¿Dónde dan el carné de izquierdista pura sangre?

(Risas) Yo no tengo el carné, no estoy carnetizado, pero no tengo problema en reconocer mi ideología y creo que eso es un debate franco. Y fíjese usted que dentro de la derecha muchos no tienen miedo en reconocer esa ideología. El problema tiene que ver con esos que se llaman de centro; el mal llamado centro que es una facción de la derecha. Porqué lo digo, porque es un sector político que quiere darle continuidad a básicamente toda la política económica, al modelo que ha imperado en Colombia en los últimos 30 años. Sí, yo he sido crítico de mi partido y, sobre todo, he sido crítico más que en términos ideológicos. El Polo es un partido que relativamente tiene coherencia ideológica, es homogéneo. En el Polo no cabe un peñalosista o un uribista.

Pero cabía una Clara López, un Jorge Enrique Robledo o un Gustavo Petro.

Claro, todos líderes de izquierda. Clara López es sin duda alguna, una mujer de izquierda. Jorge Enrique Robledo es comunista. El MOIR, el Movimiento Obrero Revolucionario Independiente, del cual Robledo es su principal figura, es un partido Marxista Leninista Maoísta; así que, por donde usted lo mire, son vertientes de la izquierda. El problema con el Polo no es ideológico, el problema con el Polo es moral. Por desgracia han entrado unos sectores que hacen parte de la política tradicional, de la política transaccional, que son burocratosaurio y hay un Rex. Mi problema con el Polo ha tenido mucho más que ver con las prácticas políticas, que con razones ideológicas.

“El problema con el Polo no es ideológico, el problema con el Polo es moral. Por desgracia han entrado unos sectores que hacen parte de la política tradicional, de la política transaccional”

El presidente Gustavo Petro y Carlos Carrillo Foto: Presidencia de la República

¿Y esos dinosaurios, quiénes son?

Pues por ahí están. Eso es todo un Jurassic Park.

¿Le gusta más la izquierda Maoísta, la Leninista, la cubana o la Xi Jinping del Sueño chino?

Todas las izquierdas, sin excepción, beben de la ciencia del marxismo. Eso no implica que todas sean marxistas. Si alguien quiere decir que yo soy socialista, pues que lo digan, si alguien quiere decir que son marxista, pues que lo diga. Yo soy una persona que está siempre dispuesta a cuestionarse, a hacerse preguntas. La inmovilidad en términos ideológicos, es sumamente peligrosa porque las ideologías evolucionan, pero las izquierdas todas, hasta el día de hoy, siguen bebiendo de la ciencia del marxismo.

Un rasgo físico que lo identifica es su espesa barba. ¿Quiere parecerse a Rasputín, a Darwin o a Marx?

No es ni siquiera que me quiera parecer, digamos que a mí siempre me ha dado mucha pereza afeitarme, entonces me la he dejado crecer.

Si tuviera que dibujar o diseñar la corrupción, ¿cómo lo haría?

Uff, yo creo que sería como una selva muy espesa, como esas de “El aduanero Rousseau”.

Usted ha sido muy crítico del llamado establecimiento de los políticos tradicionales. ¿No se siente muy incómodo en el mismo escenario con Roy, con Benedetti, con Velasco o en el Congreso con Calle, con Trujillo o con Lopera?

Sí he sido muy crítico, pero en este caso el presidente tomó una decisión en el 2022 y fue hacer un acuerdo amplio con sectores políticos, particularmente del santismo. Si usted se fija, la inmensa mayoría de esos líderes de la política tradicional, que entraron al gobierno y que entraron a la campaña del 2022, venían del gobierno Santos; y en ese gobierno hubo luces y sombras.

Iván Name, presidente del Senado y Andrés Calle, presidente de la Cámara de Representantes - Fotos: Alternativa/Hansel Vasquez

Yo soy muy crítico de Santos, en términos ideológicos, creo que él es incluso más neoliberal que Álvaro Uribe. Además, su relacionamiento internacional, su peso político, su apellido, su abolengo, su casta, le permitió echar a andar proyectos neoliberales incluso más duros que los de Álvaro Uribe, pero también hay cosas buenas de ese gobierno, como su compromiso con la paz y creo que ahí es donde se empiezan a construir unos puentes.

Eso es una decisión del señor presidente, que yo respeto, pero yo habría preferido mantener a esos sectores alejados, pero por supuesto, yo no soy quién para cuestionar las decisiones del presidente.

¿Por qué el presidente salió de Javier Pava, el primer director de la Unidad de Riesgo? ¿Eso fue por resultados o era incómodo para políticos que pusieron los ojos en la entidad?

A mí también me parece que era el director indicado. Tenía la experiencia, el conocimiento técnico, un hombre además cercano al presidente. Creo que fue lo difícil que es tomar el control de esta entidad. Javier estuvo poco tiempo y ahora que yo estoy en su posición, me doy cuenta de lo difícil que es. Por ejemplo, hacer un contrato; usted aquí se puede demorar tres meses en hacer un contrato de prestación de servicios y los cargos de libre nombramiento y remoción son una decena, entonces manejar una entidad de semejantes proporciones, sin ni siquiera tener usted su gente, es muy complejo. Creo que ahí es donde Javier empezó a perder tiempo y luego el presidente un poco se desesperó y decidió cambiarlo.

Y llega Olmedo López. ¿Cómo pone el presidente Petro a un personaje con esos antecedentes a cuidar el queso?

Pero antes estuvo Velasco. El presidente ha dicho y ha sido él quien ha reconocido el error que fue nombrar a López y ahora nosotros tenemos que asumir el precio político de eso. Hay que asumir la responsabilidad política de algo que, sin duda alguna, fue un error. Olmedo López es un tipo que además venía del Polo. Tengo entendido que fue miembro del ejecutivo nacional del Polo y es de esa casta que llamo Burocrotasaurios y así hay muchos allá. Son esos políticos que tienen esas prácticas clientelares, esas prácticas burocráticas y que muy fácilmente terminan contaminados por unos esquemas de corrupción como le pasó a Olmedo.

Carlos Carrillo, director de la UNGRD en entrevista con Alejandro Villegas - Foto: Alternativa/Hansel Vasquez

¿Qué tanto ha logrado purgar a la Unidad de Riesgo o siguen estando allí muchas “novias de senadores”, como denunció en un debate en el Congreso?

Creo que unas de esas ya se fueron (risas), pero sigue habiendo gente indeseable en la entidad y además es muy difícil saberlo porque aquí hay una estructura de corrupción enquistada que no tiene rostro. Era fácil con los que llegaron con Olmedo, porque usted sabe cuándo llegaron, había unos vínculos. Esa “paradirección” que tenía Olmedo me parece que es sumamente peligrosa y la Fiscalía y la Corte Suprema deben investigar. Yo no sé Alejandro si usted se crea el cuento de que solamente el director y el subdirector hicieron todo lo que hicieron, sin que nadie se diera cuenta; entonces en la Secretaría General no se dan cuenta que estaban saliendo CDPS (Certificado de Disponibilidad Presupuestal) como si esto fuera la Casa de Papel o una máquina de imprimir billetes. Yo sí creo que la Fiscalía debe investigar a fondo a toda la dirección y también a los mandos medios porque aquí claramente hay una estructura muy intrincada para saquear al Estado.

“Colombia ha sido un país dominado casi siempre por un pensamiento conservador, desde que el país existe como Nación”

¿Y en ese rostro pudo haber estado la primera dama, quien a propósito ha pedido que se investigue si ella tuvo alguna participación?

Sabe que yo no he escuchado nada de la primera dama y tampoco la he mencionado nunca en ningún medio de comunicación. Espero tener más información porque por lo menos desde esta oficina no tenemos ningún conocimiento acerca de algo o de un plan que pudiese relacionarla.

Olmedo López - Foto: Alternativa/Hansel Vasquez

¿El proyecto político de Petro terminará en el 26 o hay perspectiva de una coalición amplia, que perdure con el tiempo?

El proyecto político de Gustavo Petro va más allá de él. Petro es hoy un líder que logró llegar a la Presidencia de la República, pero que encarna una lucha que en Colombia ha tomado centenares de miles de muertos y casi un siglo y son las luchas de las izquierdas.

Colombia ha sido un país dominado casi siempre por un pensamiento conservador, desde que el país existe como Nación. Aquí han gobernado las mismas familias: los Santos, los López, los Holguín, los Laserna, Los Valencia, son esas mismas familias terratenientes, blancas, herederas de quienes usurparon este territorio hace 500 años y ellos, por supuesto, que son conservadores, quieren que el estado de las cosas se mantenga. Quienes queremos que ese estado de las cosas se rompa, que somos las izquierdas, siempre habíamos tenido que estar sometidos a ese poder hegemónico y Gustavo Petro lo rompió, y lo rompió haciendo un acuerdo con la clase política liberal, pero por primera vez las izquierdas no fueron el vagón de cola de los liberales, sino que los liberales fueron el vagón de cola.

Entonces, de aquí en adelante, yo creo que el país es más democrático. Que la democracia ganó, que la democracia se profundizó. No sé qué vaya a pasar en el 26, puede que el candidato o candidata que surja el Pacto Histórico gane o pierda, eso es imposible verlo; pero lo que yo sí le aseguro es que, de aquí en adelante, habrá más gobiernos de izquierdas en Colombia.