A medida que pasan las horas aumenta el número de víctimas fatales, luego de la acción violenta de la guerrilla en la región del Catatumbo, Norte de Santander. Se han confirmado 80 muertos, según el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, 11 mil desplazados, de acuerdo a la Defensoría del Pueblo, y al menos 20 heridos.
Los asesinatos, mayoritariamente, serían cometidos por el ELN que ha intensificado sus acciones criminales en la región. Las víctimas son civiles y otras personas supuestamente relacionadas con las disidencias de las Farc, grupo al que le declararon la guerra, en medio de la disputa por el control territorial para negocios ilícitos de los cuales se han sustentado las guerrillas durante décadas.
Entre los fallecidos se encuentran siete firmantes del Acuerdo de Paz con las Farc del año 2016. Este dato resalta el impacto directo de la violencia sobre excombatientes que habían apostado por la reintegración a la vida civil tras el acuerdo con el gobierno. En contraste, el ELN ha dicho que, según ellos, en realidad eran milicianos.
Residentes de diversas comunidades en los municipios de la región se han visto forzadas a huir de sus hogares. La mayoría de los desplazados se refugian en el Palacio Municipal de Cúcuta y en el Estadio General Santander, mientras que otros han sido llevados a albergues en hoteles de la ciudad. Hay cientos de niños y adultos mayores entre ellos.
El Catatumbo está compuesto por los municipios de Tibú, Teorama, El Tarra, Convención, El Carmen, Hacarí, Ábrego, La Playa, San Calixto y Sardinata.
Los dos grupos criminales mencionados y otros que delinquen en la región se disputan el control de rutas de tráfico de drogas y negocios ilegales, lo que ha generado un ambiente de constante violencia y ahora desplazamiento masivo.
Esta situación ha llevado a que Gustavo Petro suspenda los diálogos con el ELN, los cuales estaban sin poder reanudarse por múltiples exigencias del grupo armado que significaban que el Estado cediera frente a sus pretensiones cuando aún no hay ningún avance significativo en la mesa de diálogos, pese a que han pasado más de dos años del proceso.