Las imágenes de la inauguración de un colegio, ubicado en la vereda El Triunfo, sector del Diamante, en San Vicente del Caguán y bautizado con el nombre de Miguel Botache Santillana, más conocido con el alias de Gentil Duarte, el temido jefe de las Disidencias de las FARC que en 2022 fue abatido por la fuerza pública, llaman la atención del país
El acto de inauguración tuvo lugar el viernes pasado y en la entrada del plantel se puso una enorme imagen del guerrillero. Posteriormente un animado presentador anunció el himno Nacional, el himno de las FARC y el himno de la guardia indígena. Nadie del gobierno, empezando por el ministerio de Educación, ha dado una explicación sobre la construcción de este colegio y por qué razón lleva el nombre del líder de las Disidencias. Lo único cierto, hasta ahora, es que lo ocurrido el viernes pasado en esa zona de San Vicente del Caguán es el fiel reflejo de la expansión que han tenido las disidencias en el territorio nacional, como se evidencia en el presente informe realizado por la Revista Alternativa.
Los mapas son evidentes, estos muestran como la presencia de las disidencias de las FARC se ha incrementado en el país, según información obtenida por esta revista este grupo armado organizado está presente en 20 de los 32 departamentos; tiene desplegado su actuar criminal en 147 municipios y 2.845 veredas, que comparado con el 2022 representa un aumento del 22% de expansión, ocupando 116 mil 644 kilómetros cuadrados del territorio nacional.
Pero el informe es aún más diciente, inteligencia del Estado asegura que hay 11 nuevas presencias de FARC en el país, hablamos de zonas como, Padilla en el departamento del Cauca; La Paz, Manaure, en el departamento del Cesar; Puerto Lleras, en el Meta; Aipe, Baraya, Colombia, Tello en el departamento del Huila; La Tola en Nariño; Chaparral y San Antonio en el departamento del Tolima.
Crece el reclutamiento
El informe también revela que hoy las disidencias de las FARC quienes, se supone están en medio de una negociación de paz, ejercen un control político en territorio colombiano del 28%, social del 38%, cultural del 15% y económico del 19%. El Estado Mayor Central de las FARC, categoría política que le dio el gobierno de Gustavo Petro, no solo ha incrementado su presencia y accionar criminal en el país, sino que además cada vez aumenta el número de integrantes en sus filas.
Documentos secretos en manos de las Fuerzas Militares señalan que las FARC hoy tienen 3 mil 859 integrantes, número que desde el 2022 ha incrementado un 9%.
De acuerdo con los informes, hoy a las disidencias han ingresado 314 guerrilleros, de estos dicen las autoridades en Colombia delinquen 3 mil 821 y en Venezuela hay presencia de 38, que son los que ejecutan atentados en la zona de frontera contra la fuerza pública y la población civil en los departamentos de Arauca y Norte de Santander.
Pero alias Iván Mordisco, cabecilla de quienes son los desertores del proceso de paz llevado a cabo en 2016, ha dado la orden de reclutar menores de edad que reciben, dice el Ejército un “sueldo” que oscila entre los 800 mil y el millón de pesos; 1.431 jóvenes que se han convertido en las redes de apoyo del grupo criminal para entregar información, dice el documento, sobre los movimientos de las fuerzas militares que realizan operaciones de seguridad, cómo se ubican en las veredas o incluso cuáles son las zonas por las que van a pasar para poder, en muchas ocasiones aseguran, activar campos minados instalados por esta guerrilla.
Al mejor postor
Esta revista también conoció información de inteligencia que revela, que Allende Perilla, alias Allende cabecilla de las disidencias de las FARC en el pacífico nariñense, estaría ofreciendo altas sumas de dinero a integrantes de su estructura y de bandas delincuenciales para atentar contra miembros de la Fuerza Pública. De acuerdo con información en poder de las autoridades, este criminal ordenó que pagaría hasta cinco millones de pesos por la muerte de cada oficial del Ejército, la Armada y la Policía, tres millones por suboficiales y un millón y medio de pesos por patrulleros, soldados e infantes de marina.
El general Helder Giraldo, comandante de las Fuerzas Militares ha sido claro, no cesaran las operaciones ni mucho menos se bajará la guardia contra este grupo armado organizado, que asegura, no solo busca sembrar miedo, si no además continuar con actividades criminales como el narcotráfico, el tráfico de armas y la minería ilegal.
Fue a penas el miércoles cuando en una operación la Fiscalía y las Fuerzas Militares, destruyeron una pista clandestina por la que este grupo criminal sacaba una avioneta con droga y la estaba preparando para atentar contra militares y policías que a toda costa buscan proteger las comunidades que hoy son víctimas de estos delincuentes.
Tampoco, dice, las tropas están cruzadas de brazos; en los departamentos de Cauca, Valle del Cauca y Nariño las operaciones se intensifican y más de 320 mil hombres han sido desplegados en este territorio para contrarrestar cualquier tipo de ataque, sin embargo, las fuerzas tampoco desconocen que en medio de un cese al fuego que ha estado en íres y venires las disidencias se aprovechan de la voluntad del Gobierno Nacional para desplegarse y violentar el derecho internacional humanitario poniendo en riesgo comunidades indígenas y niños en los diferentes territorios.
La orden es clara “se deben reanudar el desarrollo de operaciones militares terrestres, marítimas, fluviales y aéreas de carácter ofensivo, para contrarrestar el accionar delictivo de este grupo armado organizado en estos departamentos” dice el comandante de las Fuerzas Militares, y enfatiza en que, aunque el propósito y objetivo de todos es encontrar y lograr la paz ellos “están obligados a dar estricto cumplimiento a la Constitución Política y garantizar la protección de los Derechos Humanos”
Helder Giraldo, que ha sido el comandante de las Fuerzas Militares desde mediados de agosto de 2022, también señala en la última comunicación a sus tropas que hay prepararse porque las disidencias continúan instrumentalizando a las comunidades y estas podrían también atacarlos, como en varias ocasiones ya ha sucedido; agresiones que han terminado en secuestros e incluso en el robo de sus armas.
Lo cierto es que hoy las disidencias de las FARC aún y cuando están siendo combatidas, continúan atacando a la población civil con el fin de presionar al Gobierno para entrar en un cese al fuego del que el Presidente ha dicho que eso no sucederá hasta que muestren una verdadera voluntad de paz.