La inauguración de un puente vehicular en la vereda Honduras del municipio de El Tambo, Cauca, ha sido motivo de controversia debido a la presencia de miembros del frente Carlos Patiño, parte de las disidencias de las Farc. Durante el evento, la comunidad y sus representantes se reunieron para poner en funcionamiento el puente, que tiene una capacidad para soportar hasta 40 toneladas. En la misma ocasión, se entregó maquinaria amarilla destinada al mantenimiento vial de la región, según informaron las autoridades locales.
El proyecto, que tuvo un costo de 650 millones de pesos, recibió un supuesto aporte del 15% por parte del frente Carlos Patiño del Estado Mayor Central (EMC) de las Farc. La obra, que fue presentada como un esfuerzo conjunto de la comunidad, ha generado discusiones sobre la influencia y el rol de los grupos armados en la ejecución de infraestructura en áreas afectadas por el conflicto armado. La presencia de estos grupos en el acto inaugural ha sido vista con preocupación por distintos sectores.
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La construcción del puente fue posible gracias a la colaboración de los habitantes de 12 veredas. Habitantes enfatizaron que no tuvieron ayuda del Estado en ningún momento, todos los recursos fueron de sus propias comunidades, en especial los que raspan hoja y los patrones. Se ponen condiciones y se saca adelante. Estas afirmaciones han puesto de relieve la falta de intervención estatal en la región y la autogestión de sus pobladores.
En el lugar del evento, también se implementó un “peaje comunitario” para financiar el mantenimiento del puente y otras obras de infraestructura local. Se estableció una tarifa de $10.000 para vehículos y $2.000 para motocicletas. Esta medida ha sido adoptada por la comunidad como una forma de asegurar los recursos necesarios para la conservación de las vías y la infraestructura local, ante la ausencia de apoyo gubernamental.
La zona del Cañón del Micay ha sido testigo de varias iniciativas similares, donde se han entregado ambulancias, un puesto de salud y vías, todos financiados bajo un modelo de aportes comunitarios. Este esquema de autofinanciamiento ha permitido a los habitantes suplir las carencias dejadas por la falta de intervención estatal, aunque ha traído consigo la participación de grupos armados, lo que complica la situación de seguridad y gobernabilidad en la región.