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Valentina Verdecia Ustáriz Opinión

Ganó Trump ¿Qué significa para las mujeres?

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Esta semana, alguien me preguntó ¿por qué te gusta tanto la moda y escribir sobre ella? Yo, con mi revista Vogue recién comprada bajo el brazo le dije: porque fue mi forma desde pequeña de poder entender el mundo, y no sólo desde la moda, si no desde las mujeres. La moda es política y los movimientos feministas, ni se diga. Y las Elecciones Presidenciales de Estados Unidos del 2024, no son la excepción para mirar estos temas.

No soy de las personas que más habla de política, sin embargo me encanta escuchar a la gente hablando de ella; es un tema que saca una pasión de cada persona y ver esa característica en el ser humano se me hace fascinante.

A lo largo de estas elecciones, tuve una pregunta y es cómo estas elecciones presidenciales, con la segunda mujer en la historia lanzándose a la presidencia de los Estados Unidos, de ascendencia africana y asiática, contra Donald Trump ¿Qué representaba para nosotras? Teniendo en cuenta que los Estados Unidos al ser una potencia, todo lo que pasa allá es personal y tiene repercusiones, especialmente sobre Latinoamérica y Colombia, al ser uno de los aliados más estratégicos diplomáticamente para nuestro país.

Algo que me acercó mucho más a indagar el tema, fue el podcast dedicado a estas elecciones de una de mis musas en la escritura, Vanessa Rosales. La escritora cartagenera, en su podcast Mujer Incómoda, dedica un episodio titulado ‘Episodio especial: Elecciones en Estados Unidos (espíritu de la época)’ en el que hace un recuento de todos los temas que salen a la luz con estas elecciones, de cómo Estados Unidos es un país con muchas dicotomías, donde se empezaron a ver ideales liberales en cuanto a temas feministas, la lucha afroamericana, los derechos LGTBIQ, y al mismo tiempo es ese país donde prima la supremacía blanca encarnada en hombres como Donald Trump.

Un país, que siendo latinoamericanos, apela mucho a la nostalgia. Algo con lo que me identifico con Vanessa, es que ambas, creciendo en la Costa Caribe colombiana, criadas en colegios anglosajones, en el mío siendo mayoritariamente de influencia británica en sus comienzos, pero por la cercanía a Estados Unidos, gozaba de su influencia a través de sus muestras culturales con series como Friends, Sex and The City, Gossip Girl, Pretty Little Liars, Gilmore Girls, entre muchísimos otros programas que encarnan los estilos de vida estadounidenses. Así como la música, las aclamadas reinas del pop, entre muchos otros artistas y corrientes que antes y ahora, tienen relevancia en nuestros días.

Estas reflexiones llevan a que Vanessa nos ayude a reflexionar que así como miramos a Estados Unidos como referente en estética, también lo miramos como referente en temas feministas. Donde acompañadas por nuestras hermanas argentinas, chilenas del sur global en la lucha feminista, nos preguntamos si con esta nueva Presidencia ¿Se invertirán los papeles? ¿Pasará América Latina a ocupar un papel más relevante en cuanto a temas feministas? ¿Tomará Estados Unidos un papel más “tradicional” en cuanto a la lucha? Y si la derrota de Kamala Harris, se debe a un backlash (retroceso) en la sociedad, a la previa posesión en la Presidencia de un hombre afroamericano como lo fue Barck Obama.

Siendo el día siguiente a la contabilización de los resultados de las elecciones, muchos medios en redes sociales no han ocultado su rabia e incredulidad hacia la derrota de Kamala Harris. Haciendo afirmaciones fuertes como lo hizo la revista digital neoyorkina The Cut, con la siguiente afirmación:

“America chose Trump over a female President, again.”

“Estados Unidos eligió a Trump sobre una Presidenta mujer, otra vez.”

Vogue Estados Unidos no se quedó atrás en el clima electoral, poniendo a Kamala como portada de la edición del mes de Octubre, y citando en su Instagram, las palabras del discurso final de la Vice Presidenta. Con lo cual, no sobra recordar cómo antes de la Semana de la Moda de Nueva York a principios de Septiembre, destacados personajes del mundo de la moda participaron en la marcha sobre la concientización del derecho al voto. Anna Wintour la Editora Jefe de Vogue Estados Unidos, Jill Biden, Primera Dama, y diseñadores como Tory Burch, Michael Kors, Thom Browne, Joseph Altuzarra, y más de 1,000 profesionales de la industria, organizado por un grupo que incluía al Consejo de Diseñadores de Moda de América; I Am a Voter, una organización que promueve el compromiso cívico; y Vogue.

En el artículo de The New York Times titulado ‘Can They Make Voting a Fall Trend?’ (¿Pueden hacer del voto una tendencia de otoño?), se ve como la comunidad sale a marchar con pancartas y camisetas que dicen ‘Fashion for our future’ (Moda para nuestro futuro) diseñadas por Zac Posen. Esta marcha fue anunciada como bipartidista, sin embargo, la aparición de la Primera Dama y de Anna Wintour usando una bufanda que Thom Browne diseñó en colaboración con la campaña Harris-Walz, dan señales de su inclinación política.

La revista Vanity Fair sacó su portada digital con la cara de Trump en primerísimo primer plano, destacando el conteo de su record criminal, acompañada de un artículo en el que hace un repaso por cada uno de esos momentos y cuestionando por qué el país decidió poner a “un criminal convicto, dos veces acusado con aspiraciones autoritarias, asumirá el cargo más poderoso del mundo.”

Fue muy interesante también ver como Vogue sacó un artículo de Opinión titulado What Trump Is Doing When He Mispronounces “Kamala” (Qué hace Trump cuando pronuncia mal “Kamala”) escrito por Mekita Rivas, una escritora estadounidense con ascendencia asiática, donde hace un recuento de cómo se dio cuenta a través del tiempo que su nombre era “difícil” cuando sus alrededores lo pronunciaban mal.

Mekita establece que para alguien multirracial nacida en Estados Unidos, su nombre es lo que la identifica y legitimiza. Por ende, intencional y repetidamente decir incorrectamente el nombre de una persona “es un ataque directo a la legitimidad de esa persona y a su derecho a ocupar tanto espacio como cualquier persona con un nombre anglicanizado u occidentalizado.” Mencionando que Trump y sus seguidores saben muy bien lo que hacen al pronunciarlo mal: menosprecian su derecho a existir, cosa que para esta porción de la sociedad y para Trump mismo, que Kamala, una mujer de ascendencia india y jamaiquina, con educación y experiencia del más alto nivel, mujer y apuntando al puesto más importante del mundo, es impensable.

Siempre admiré de Trump su indudable talento para generar riquezas a costa de todo y ganar la Presidencia de Estados Unidos es una muestra de la tenacidad del hombre y sus ganas de poder. Sin embargo, este desenlace me hace añorar dos cosas: una, es la época en la que Trump era eso, un magnate en cuanto a su valor adquisitivo y rememoro su época como Presidente del Miss Universo, y dos, querer que las mujeres tengamos esa misma crianza que caracteriza mayoritariamente a los hombres: creer y sentir que podemos comernos el mundo.