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Simón Santiago Doncel Espada de Bolívar

La espada de Bolívar: lo ilegal es ilegal, así para el Presidente, quitarle la "i" sea suficiente

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Sin terminar con el escándalo del multimillonario arriendo de la Casa Colombia en Davos,ahora el país se levanta con el retweet del Presidente Petro a una convocatoria del Ministerio de Cultura y el M-19, que anunciaron un evento por los 50 años del robo de la espada de Bolívar. En la invitación de este se habla de la “RECUPERACIÓN” y “RESIGNIFICACIÓN” del hecho por medio del evento que se realizará en la Quinta de Bolívar.

Dos vocablos muy utilizados por el sector que gobierna para dar su versión de cualquier hecho permanentemente.

El acto no solo resalta la ausencia de un ejercicio de verdad en torno a los crímenes cometidos por los exmiembros del M-19, sino que también plantea preguntas sobre la integridad de la reconciliación nacional. En los procesos de paz, es esencial que existan ejercicios genuinos de aceptación de la verdad y responsabilidad por los actos perpetrados.

Según el artículo 15 de la Ley 1592 de 2012: “los servidores públicos dispondrán lo necesario para que se asegure el esclarecimiento de la verdad sobre el patrón de macrocriminalidad en el accionar de los grupos armados organizados al margen de la ley y se pueda develar los contextos, las causas y los motivos del mismo”.

En el simbolismo de una espada yace la historia de un país que tras 200 años de vida republicana aún persiste en violencias e intentos por reconciliarse consigo mismo. La saga de la espada de Bolívar en manos del M-19, el grupo guerrillero que buscaba redimir sus ideales a través del secuestro de símbolos patrios, es y seguirá siendo un capítulo oscuro en la memoria de Colombia.

No obstante, no es el primer hecho relacionado con el tan nombrado sable: durante su posesión presidencial de Gustavo Petro supo montar un espectáculo, ordenando su desplazamiento a la Plaza de Bolívar, convirtiendo su presencia de la espada en un acto central de su asunción al cargo.

Es inevitable cuestionar la aparente manipulación de un símbolo tan significativo para fines políticos. ¿Es acaso la espada una herramienta para "resignificar" un crimen contra el patrimonio nacional?¿La única verdad posible en Colombia es la que busque el gobernante de turno?.

El gobierno de Petro, siendo parte del Pacto Histórico que incluye exmiembros del M-19, enfrenta el desafío de demostrar un compromiso real con la reconciliación. La espada de Bolívar no debería convertirse en un mero accesorio para eventos políticos, sino en un recordatorio constante de la necesidad de enfrentar los errores del pasado con transparencia y responsabilidad.

En la búsqueda de una Colombia unida y reconciliada, es imperativo que los líderes actuales reconozcan la necesidad de asumir la verdad, así como contar la historia completa relacionada al propio Bolívar, las causas de la independencia, la historia del virreinato de la Nueva Granada, el conflicto armado y las responsabilidades de cada quien en la vida nacional.