La manera como los adultos mayores perciben la sexualidad hoy no tiene nada que ver con la que teníamos unas pocas generaciones atrás. Así lo revelaron sendos estudios realizados por la Universidad de Michigan, y por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología. Sin dudas, se tumbaron prejuicios, percepciones y estereotipos que aturdían mentes y desanimaban corazones.
De acuerdo con los resultados de la investigación universitaria, el 40 por ciento de las personas entre 65 y 80 años son sexualmente activas, el 75 por ciento tiene una pareja romántica, y el 73 por ciento dice estar satisfecho con su vida sexual, entre otros hallazgos.
La de la sociedad española asegura que el 62.3 por ciento de los hombres y el 37.4 por ciento de las mujeres mayores de 65 siguen teniendo una vida sexual activa.
Madurez sexual o vejez: el otoño de la vida cuando la experiencia y la sensatez se hacen valer en la cama. Ya los adultos mayores no responden a las insinuaciones eróticas con un: «yo ya no estoy para estos trotes». Y, muy por el contrario, se encargan —como cualquier joven—, del cortejo, el coqueteo, las adulaciones, los juegos previos…
Esas respuestas se daban antes, cuando se creía que la sexualidad femenina era coitocéntrica y reproductiva, y que la masculina se «moría» cuando los años comenzaban a hacerle contrapeso al pene.
Pues los procesos biológicos que se viven con la edad no nos convierten en «animales asexuados». Si bien es lógico que existan ciertas limitaciones para llegar al clímax propiamente dicho tan «rápido» como en los años mozos, hay en la actualidad una serie de herramientas para superarlas. Lo mejor es acercarse al médico de confianza y con claridad expresarle los temores o las inquietudes.
El profesional podrá ayudar dándole a cada persona las alternativas de solución. En las mujeres, podrá ser suficiente usar lubricantes e hidratantes para darle elasticidad a la mucosa vaginal. En los hombres, una pastilla bastará para subir el ánimo, pero deberá ser recetada por un profesional, después de hacer los estudios del caso.
Por otro lado, se derrumbó igualmente la idea de que los adultos mayores no se masturban. Dicen los expertos que masturbarse es quererse, conocerse y cuidarse, al mismo tiempo que hacerlo es en ocasiones útil para tratar ciertas alteraciones en las áreas estimuladas.
La madurez tiene que ver con la inteligencia, y esta es la capacidad para aprender de la experiencia. Es lo que nos hace sabios. El típico ejemplo de no entenderlo así es querer correr los 100 metros en 10 segundos.
La aceptación anual de cumplir un año más nos facilita ser resilientes y capaces de disfrutar el presente, la edad que tenemos hoy. Porque cuando llegamos a los 70 años somos las mismas personas que cuando teníamos 40, 50 o 60, empacadas en un cuerpo deliciosamente cambiante.
De forma tal que buscar, explorar y descubrir ese momento de vida, activa nuestros procesos, y enriquece el fundamento metodológico de la creatividad. Ingeniosos a los 75, gran regalo para cimentar la confianza de la pareja. Esto aumenta la autoestima, fortalece los vínculos emocionales entre los dos y de la misma manera lo hace con el cuerpo, que necesita el ejercicio físico. El amor sensato nos lleva a sentirnos confiados, deseados y maliciosamente cómplices.
La sexualidad es nuevamente protagonista en estas etapas de jubilación laboral, que también presencian problemas de salud: cardiovasculares y quizás dolores en las articulaciones, diabetes, artritis e incontinencia urinaria. A quienes padecen esta última se les recomienda orinar antes y después de mantener relaciones sexuales. Sencilla y aplicable fórmula que no restringe el deseo sexual ni el disfrute.
En síntesis, mantener la juventud y la inquietud a la hora de abordar el sexo es en la edad madura cuestión de pensamiento, actitud, conducta y emociones. No hay nada más agradable que desear y ser deseado y, en este círculo, nuestra madurez de vida se consolida.
La educación espanta la vergüenza y la culpa: usted tiene el derecho a una sexualidad madura y tiene el deber de disfrutarla. Lo ideal es estar acompañado, pero solo se vale como una buena alternativa. ¿Por qué anticiparles con prejuicios al pene y a la vagina que no disfrutarán de su vida sexual? Acariciar y ser acariciado, uno de los gozos de la vida.
Diptongo: Las contracciones orgásmicas —menores—, exigen el mayor estímulo de las zonas erógenas hacia el clímax, ahora sin el temor de quedar en embarazo y, por tanto, con más placer. Ingenio en la adultez.