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Mario Huertas mundo

Radiografía de la crisis siria (II)

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Tal vez con la mano no tan invisible del Viejo Joe y con la mirada atenta de Bibi Netanyahu, la coalición armada liderada por el grupo militante islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y el Ejército Nacional Sirio (SNA), respaldada por la Turquía de Erdogan, el 8 de diciembre, el régimen de Bashar al-Assad cayó tras una ofensiva relámpago de diez días llevada a cabo por las fuerzas de oposición. La toma de Alepo, el 30 de noviembre, fue totalmente decisiva para la caída de la dinastía Al- Assad.

A esto se suma, la relación de fuerzas internacionales provenientes de Rusia, Irán y sus milicias chiitas -como Hezbollah- que conformaban otro bloque de alianzas apoyando incondicionalmente a Bashar Al-Assad.

Al mismo tiempo, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), dominadas por los kurdos -que buscan autonomía- y que controlan partes del noreste de Siria, se enfrentan en contra de Turquía y sus aliados como el SNA.

En medio de toda esta maraña geopolítica, Israel viene golpeando regularmente posiciones estratégicas iraníes en Siria y ha incrementado las ofensivas militares en contra de objetivos propiamente sirios. En las últimas horas, los Altos del Golán que eran considerados, desde 1973, como un corredor de paz o zona desmilitarizada de 400 km², fueron tomados por las Fuerzas de Defensa de Israel-FDI.

A esto se suma una ya legendaria coalición internacional liderada por Estados Unidos que busca desarticular al grupo terrorista conocido como DAESH o Estado Islámico. Hace pocas horas Washington anunció, por medio de varias cadenas británicas de información, la muerte de Abu Yusif, líder del Estado Islámico.

Así las cosas, en el marco de la Primavera Árabe, las protestas contra el régimen del presidente Assad en 2011 rápidamente mutaron a una guerra entre el gobierno sirio —respaldado por Rusia e Irán— y los grupos rebeldes antigubernamentales que inicialmente se llamaron FSA (Ejército Libre de Siria) respaldados principalmente por Estados Unidos y varios aliados, como Francia, el Reino Unido, Italia, Arabia Saudita, Turquía, Jordania y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

Después de una serie de ataques terroristas coordinados en Europa en 2015, Estados Unidos, el Reino Unido y Francia —con el apoyo de Arabia Saudita y otros socios árabes— expandieron su campaña aérea desde Irak hacia Siria. Estas naciones han realizado más de 11,000 ataques aéreos contra objetivos del Estado Islámico-IS, que comenzó a apoderarse de territorios en Siria desde 2013, entre tanto la alianza apoyaba las operaciones terrestres de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS). Turquía ha estado igualmente involucrada en operaciones terrestres contra el Estado Islámico desde 2016 y ha lanzado ataques contra grupos armados kurdos en Siria. Recomiendo, para tales efectos, la entrevista de Hakan Fidan, Ministro de Asuntos Exteriores, con Sami Zeidan de Al Jazeera.

A petición del gobierno sirio, en septiembre de 2015, Rusia comenzó a lanzar ataques aéreos contra lo que afirmó eran objetivos del Estado Islámico-IS. Las fuerzas sirias lograron varias victorias importantes, incluida la recuperación de la ciudad de Palmira. Según la coalición liderada por EE. UU., las fuerzas de seguridad iraquíes y las FDS han recuperado el 98 % del territorio controlado por el Estado Islámico en Irak y Siria, incluidas las ciudades de Raqqa y Deir al-Zour.

Con apoyo del Ayatolá Jamenei y de Putin, Al Assad recuperó gradualmente el control del territorio de la oposición, incluida el enclave de oposición en Alepo en 2016. Sin embargo, los esfuerzos diplomáticos, como las conversaciones de paz de Ginebra respaldadas por la ONU y las negociaciones en Astaná, Kazajistán (2017) no lograron alcanzar una solución sostenible al conflicto. Otro fracaso más para el parlamento de la humanidad.

En consecuencia, la administración de Donald Trump, se retiró en gran medida de Siria, dejando solo 400 tropas. Esto incrementó la incertidumbre sobre el papel de actores externos como Irán, Israel, Rusia y Turquía, así como el futuro de los actores internos radicales. Ahora que Trump regresa a La Casa Blanca, ¿insistirá en su enfoque aislacionista a pesar de todo el esfuerzo diplomático que ha desplegado la saliente administración del Viejo Joe y de los intereses de Bibi Netanyahu que poco confía en Abu Mohammed al-Jolani?
Desafortunadamente, el terremoto de febrero de 2023 que devastó el sureste de Turquía y el noroeste de Siria -que causó alrededor de $5.1 mil millones en daños en Siria y atornilló en el poder a Erdogan- vino a exacerbar las divisiones territoriales y complicó los esfuerzos de ayuda y cooperación internaciones.

En mayo del año pasado, el fallecido presidente iraní Ebrahim Raisi visitó Damasco (la primera visita de un presidente iraní desde el inicio de la guerra) a fin de fortalecer la cooperación económica. Un año atrás, la Liga Árabe readmitía a Siria, como Estado-miembro, después de varias maniobras diplomáticas en su contra y de una suspensión de doce años.
Durante 2023, el Estado Islámico aumentó sus ataques contra el ejército sirio, especialmente en zonas desérticas, mientras Israel intensificó sus ofensivas contra objetivos iraníes en Siria, particularmente después del ataque de Hamás a Israel el 07 de octubre del año inmediatamente anterior.

Por otro lado, milicias respaldadas por Irán en Siria e Irak han atacado repetidamente las bases estadounidenses en la región desde octubre de 2023. En febrero de este año, Estados Unidos realizó una serie de ataques, a manera de represalia, tras un ataque en Jordania que mató a tres soldados estadounidenses, señalando una escalada de tensiones en la región.
Como se puede observar, cuatro campañas militares se venían definiendo simultáneamente sobre territorio sirio antes de la caída de la dinastía Al-Assad: el choque violento entre el gobierno sirio (saliente y en el exilio) y las fuerzas de oposición también conocidos como rebeldes o HTS y SNA, los esfuerzos de una coalición internacional bajo la bandera estadounidense para derrotar al Estado Islámico-IS, las operaciones militares turcas contra los kurdos sirios o FDS y la retaliación israelí en los Altos del Golán.