Es hora de impulsar cambios reales que impacten positivamente la vida de cada uno de los colombianos.
Margarita Restrepo. Twitter: @Margaritarepo
La deconstrucción del centralismo agobiante es fundamental para producir los cambios que el país requiere. Las regiones están habidas de invertir en las necesidades más apremiantes. Mientras los municipios tienen rentas propias, como por ejemplo el impuesto predial, los departamentos siguen dependiendo de rentas tan anquilosadas como el alcohol y el tabaco.
Claro que necesitamos un cambio, pero uno que impulse el progreso y la autonomía en las decisiones a favor del bienestar de los ciudadanos, que reduzca la dependencias de la nación, que le permita a los contribuyentes sentir que los impuestos que pagan están, efectivamente, financiando el mejoramiento de la calidad de vida de cada uno de ellos.
La propuesta que hace el exalcalde de Río Negro y aspirante a la gobernación de Antioquia, Andrés Julián Rendón, de hacer una reforma constitucional para afianzar la autonomía fiscal de los departamentos, permite que los gobiernos regionales sean autónomos y compitan entre sí, para tener ciudadanos incentivados a la productividad territorial y a la trasparencia, ya que mientras más autonomía mayor claridad y menos corrupción.
Esta propuesta que nos hace Andrés Julián Rendón es coherente con nuestra Constitución y con el esquema de Estado unitario, descentralizado y autónomo. Afianzar la autonomía fiscal de los departamentos disminuye el fenómeno de centralización que nos asfixia cada vez un poco más, a aquellos que vivimos en las regiones.
La propuesta consiste en dejar la tributación directa, es decir, renta y patrimonio, de personas jurídicas y naturales. Esta reforma constitucional nos permite cambiar la historia. Bien lo dijo en 1864 Manuel Murillo Toro, “La centralización y el despotismo nacieron el mismo día y con ellos la miseria e ignorancia de las multitudes.”
Queremos un Estado que nos garantice el fortalecimiento de la democracia, que tenga mayor capacidad de respuesta y de transformación. Esta decisión está en nuestras manos. Quienes creemos en la constitución, en la democracia y en la construcción permanente de Estado, debemos asumir el reto de recoger 2.000.000 de firmas y sacar adelante el referendo que le de la autonomía fiscal a las regiones.
Esta, es una oportunidad histórica de que cada uno de nosotros cambie positivamente el futuro de la Colombia que tanto queremos.