«Digámonos la verdad: ¿a quién jode, y cuál gran mentira y engaño descubre, el éxito del Presidente Duque en su contacto con el colombiano de las regiones y en sus exitosas actuaciones internacionales en favor de todo un país?«
Por Luis Guillermo Echeverri Vélez
Preguntémonos cuál es la comparación que está haciendo la opinión calificada de todo el mundo sobre Colombia gracias a la dedicación y la forma seria, profesional y eficiente en que el presidente Iván Duque representa al país.
El Presidente trabaja como una hormiga y construye una buena imagen de país, y como una abeja produce resultados que nos benefician a todos. Es un hecho incontrovertible.
Critican a Duque y a todo lo que representa su entorno por trabajar con éxito por Colombia día y noche, con el propósito de recuperar el tiempo y el producto interno de la Nación, perdidos durante el Covid, y, por otro lado, quienes deberían ser sus propios defensores partidistas lo critican también por no pelearse con los medios sobre noticias FALSAS y críticas personalizadas en contra de su persona y su familia, que no pasan de ser materia malévolamente descontextualizadas e imaginativas.
Pero lo grave y lo triste no es solo eso. Nada tiene de malo si la familia inmediata acompaña al señor Presidente en viaje. Ellos hacen parte de la familia que representa a Colombia ante el mundo. Y hay que ver de qué manera ejemplar, bonita, simple y dedicada lo hacen, sin dejar de ser unos seres humanos comunes y corrientes. Además, los caracteriza, igual que al Presidente, la demostración continua de una conducta de vida ejemplar.
Lo más grave es la calumnia. Sin embargo, el país sabe que está bien gobernado y al final la vida no se queda con nada.
Mienten desvergonzadamente. Y le mientan al país en la cara unos pocos seres llenos de envidia y de resentimiento que desde los medios parecen no ser capaces de nada diferente a un constante ataque personalizado al Presidente, a su gestión y a todos los suyos. Y mienten tendenciosamente, quedando como alimañas cuando la realidad es que, por ejemplo, en este viaje a Escocía, Dubái e Israel, no iban ni la señora, ni los hijos, ni comitivas de 130 invitados, que es la noticia acomodada con la cual se despista al oyente, al televidente o al lector.
La realidad es que Presidencia incluyó en la comitiva a Glasgow, por motivo de ingreso a ese importante evento mundial, a todos aquellos que justificamos la importancia de la asistencia en favor de los intereses del país.
¿Por qué será que hay unos que todo lo distorsionan y lo sacan de contexto y, en lugar de escribir o reportar con talento notas afirmativas, andan a la caza de oportunidades para generar controversia?
Y se pregunta uno: ¿por qué hacen daño al buen nombre de otras personas y no les pasa nada?
Eso de qué Duque abusa de sus prerrogativas presidenciales es solo un sartal de paja. El hombre es austero y le sirve al país en función del interés general, y eso incomoda a quienes solo se sirvieron del poder para vanagloriarse personalmente por el resto de sus días.
Y, sí, su hermano lo acompaña, lo asiste y le ayuda muchísimo en sus recorridos. No tiene cargo, ni representa intereses de nadie, ni promueve fundaciones o causas propias ni ajenas, pero -respetuosamente siempre y de forma discreta- ayuda a su hermano y a todos los que viajan con él.
Soy testigo de que Andrés Duque trabaja y colabora como cualquiera de los que hacen parte de las comitivas en viajes, en los cuales lo único que se hace es trabajar para dejar en alto el nombre de Colombia.
Yo fui a Glasgow y fui a Dubái, POR MI CUENTA, y fui incluido en la comitiva de Glasgow en representación del Grupo Ecopetrol y en ninguna parte vi 130 integrantes de una comitiva. No eran ni 30 los que acompañaron al presidente Duque.
Pero, eso sí, nadie menciona que ahí mismo en la comitiva “viajan” los periodistas y camarógrafos de todos los medios. Ni que estos hacen parte de la comitiva y trabajan duro como lo hace siempre el señor Presidente.
Es decir: es evidentemente falaz y perniciosa la crítica a los viajes del Presidente, porque los medios siempre tienen ahí su propia gente. Y ellos ven quién viaja y quién no en un avión tanquero donde solo hay 8 sillas en la cabina principal, y el resto es un espacio donde todos los viajeros se vean la cara. Y , sea dicho de paso, en ese tanquero militar no hay 130 aciertos ni de casualidad.
El ataque personal es permanente y está teledirigido desde otra parte. No hay duda.
Y claro que hay invitados especiales que también llevamos un propósito patrio en los viajes en que participamos como parte de unan misión en representación del país.
El caso es darle palo a este presidente por obrar con transparencia y corrección. ¿Por qué a quien vendió la Constitución y los fundamentos de la democracia por propia vanagloria y a favor de la delincuencia en la isla de Cuba nunca lo criticaron por la romería que llevaba a la isla a traicionar la patria y a entregar la legalidad a los propósitos del narcoterrorismo? ¿Por qué no criticaron a su familia por viajar y rumbear con sus amigos como parte importante de su cotidianidad?
Para mí, toda la crítica rastrera y mezquina a Duque se origina en los celos de los expresidentes, que controlan aún segmentos de una caótica prensa inmediatista y mamerta.
Veamos: el hombre lleva cinco salidas del país, cada una más exitosa que la otra. Y eso a algunos los tiene enfermizos.
Fue a Brasil, a Corea del Sur, a Nueva York y a Washington dos veces; a Escocía, donde lideró con ejemplo en la conferencia del cambio climático. Paso a París a consolidar su excelente relación con el presidente Macron, atendió en Dubái la Expo Mundial y luego paso a Israel a solidificar esa importante relación. Todo en tres meses, alternando con su presencia en muchos rincones del país como La Mojana, Turbaco, Barranquilla, Leticia, Antioquia, Caldas, Cartagena, los llanos orientales, etc.
Y lo curioso es que, sin duda, en todo evento y en toda reunión de trabajo, el hombre habla con coherencia, gestiona resultados, produce anuncios positivos, promueve al país. Los comentarios de los presentes es que en todo saca cinco sobre cinco.
Señores, dejen ya la mezquindad, construyan y destaquen lo bueno. El país está cansado ya de sus embustes. Y pongan cuidado: es por su propio bien. Hablar con la verdad no hace daño. Ojo vivo, que se los come la envidia y, con tanta falsedad en lo que expresan, van a terminar creyéndose sus propias mentiras y enfermos en un hospital mental.