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Jorge Hernán Peláez Dian

Nuevo ranking de pobreza

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El director de Planeación Nacional, Jorge Iván González Borrero informó al país esta semana del proyecto que vienen trabajando en conjunto con la DIAN que busca eliminar el sistema actual de estratos o niveles socioeconómicos de los colombianos.

La diferenciación de estratos históricamente ha sido amarrada a la geografía del predio en el que se vive, la ciudad y otras variables que no necesariamente reflejan la realidad de ingresos de ese hogar. El principal impacto económico de los 6 estratos se ve reflejado en las facturas de los servicios públicos domiciliarios: estratos 5 y 6 por lo general, subsidian la tarifa que pagan estratos 1 y 2 para servicios como acueducto, alcantarillado, telefonía, luz y gas natural.

El piloto comenzaría en 2025 para comenzar a considerar la información de ingresos que ya tiene la DIAN, movimientos de bancos, otras entidades como Nequi y Daviplata, para aproximar el valor real de cada hogar. Hay dos esquemas ocultos actualmente en la forma en que se clasifican los predios: gente que vive en un hogar de estrato 5 o 6 por la ubicación, pero que tiene ingresos de clase media o baja, y al revés, personas con casas o apartamentos en estratos 2,3 o 4 que por ubicación, están “escondiendo” su verdadera situación financiera.

Recordemos que en su época el director de DNP Simón Gaviria hizo una depuración de la base de datos Sisbén y encontró casi 4 millones de personas coladas, o mal asignadas.

La idea es buena, al pretender demostrar que con los datos que tienen actualmente las entidades se pueden calcular mejor las cosas para el recaudo tributario y para la planeación económica macro que hace el DNP. Hay muchos no declarantes, informales, independientes, que no mueven ingresos por el sistema financiero que hoy están por fuera de cualquier medición.

Ese es el verdadero reto para el Estado: lograr contabilizar a todos, en un país en donde la economía depende casi en un 50% de los micronegocios que generan menso de 3 empleos. Muchos de ellos empleos en la total informalidad. En un país acostumbrado al “rebusque” todavía estamos lejos de ver todos los ingresos de los colombianos. Sumado a eso esta el fenómeno de las bandas criminales, microtráfico y demás grupos irregulares que cobran vacunas, extorsiones y movimientos similares por fuera de la ley. El fenómeno es más dramático en los departamentos selváticos y de frontera con Ecuador y Venezuela.
Es creíble que comiencen por las grandes capitales y hasta las ciudades intermedias.

Como en todo proyecto que incluye la creación, o mejoramiento de una base de datos hay un alto riesgo de información basura que se encuentra al principio. Recordemos los dolores de cabeza que tuvo el exministro de salud Diego Palacio cuando lanzaron los pagos electrónicos de seguridad social en el sistema PILA. Se demoró mucho tiempo el gobierno de Uribe en estabilizar el sistema.

La depuración o “limpieza” de los datos debe ser delegada, si o si, a una de las firmas internacionales expertas en el campo. Ni hablar de la ciberseguridad y demás temas de nube pública que se requieren para evitar hackers.

La realidad es que con este nuevo enfoque creo que aparecerán nuevos “pobres” en Colombia que perderán su estrato y pasarán ahora a engrosar la gran clase baja de nuestro país. La pirámide se va a ampliar, y lo que siempre dicen los grandes economistas se volverá más agudo: ricos más ricos y pobres más pobres. Un fenómeno que siempre se repite en la historia de la humanidad.