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Jorge Hernán Peláez Ministro de Educación

Ministro para el movimiento estudiantil

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No paran de llover las críticas al nuevo ministro de educación, Daniel Rojas, principalmente por su falta de experiencia en el sector y una serie de trinos viejos que han resucitado a propósito del nombramiento. El tercer ministro de Educación del gobierno Petro es economista de la Santo Tomás, y se autodenomina como “maestrante” en Ciencias Económicas de la Nacional. Esto en realidad quiere decir que estuvo matriculado en la Maestría pero nunca se graduó. Ha sido asesor en varias ocasiones de la Alcaldía de Bogotá, miembro de la UTL de Gustavo Bolívar y recientemente viene de ser el director de la SAE. Sergio Fajardo lo señaló de “atarván”, Enrique Gómez denunció que “el cambio ministerial hace parte de la entrada en vigencia del petro-santismo a fondo con una tripleta que tiene objetivos que benefician a unos pocos”

Los trinos y la grosería de Rojas son lo de menos. Hemos tenido funcionarios de diferentes gobiernos que se expresan como gamines, y hasta celebramos el lenguaje utilizado por figuras públicas como el “Pibe” Valderrama o el ciclista Rigoberto Urán. Suponiendo que Rojas escribió todos esos trinos en épocas en donde posiblemente no se imaginaba que iba a llegar a un gobierno y menos a un ministerio, podríamos perfectamente darle el beneficio de la duda. Es bien posible que en el cargo nuevo deje atrás el lenguaje de sicario. Al menos en redes sociales y medios de comunicación. En privado seguramente continuará destilando las palabras de siempre.

Lo grave es lo que Rojas explicó en sus primeras entrevistas. Los planes que tiene para este resto de periodo presidencial tienen una serie de peligrosos ingredientes. En primer lugar pretende organizar a las agrupaciones de estudiantes de universidades públicas (y privadas si lo dejan) para repetir el embeleco del “estallido social” de 2021. Un movimiento de estudiantes indignados es lo que van a fabricar. En la campaña pasada la izquierda apeló a ese mecanismo, y como estamos en campaña anticipada, sumado a las bodegas y redes sociales lo van a volver a usar sin dudarlo. El reciente episodio de posesión del rector de la Nacional, lo veremos replicado en otras instituciones. Tampoco es casualidad que durante el gobierno actual se haya prescindido del rector de una universidad privada: El Rosario. Todo hace parte de un plan maquiavélico bien elaborado para convertir las designaciones de rectores en elecciones, como si fueran alcaldes, gobernadores, concejales o ediles. A la ideología de izquierda no le importan las calidades académicas, las pruebas PISA o los escalafones de los profesores. Lo que les interesa es controlar las votaciones dentro de esos espacios llenos de votantes futuros en las elecciones de aquí en adelante. Más caos para tener más gasolina tipo campaña. Hacer campaña es lo que saben hacer. Criticar y oponerse es su modus operandi, así el gobierno de turno también sea de los mismos.

El problema es que la reforma a la educación que volverán a presentar en la próxima legislatura y todas las actividades que intenten hacer ya tienen un opositor interno que es Fecode. El desafortunado tema de la salud de los maestros es una piedra en el zapato muy costosa de remover. Si Rojas habla como gamín, no estoy seguro que sea capaz de contener a una serie de profesores que pueden llegar a ser peores porque esta vez están organizados.En 2021 Fecode hizo parte de ese “estallido”, pero en esta ocasión podríamos ver por primera vez en Colombia una lucha ideológica entre estudiantes y profesores. No vaya a ser que se les queme del todo el proyecto por estar botando más gasolina al incendio.

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