El presidente Gustavo Petro amenazó esta semana al país cuando se refería al inminente archivo de la accidentada reforma a la salud. Dijo que si la reforma se hundía en el Congreso el sistema entonces colapsaría. Hay que reconocer que en la frase de amenaza esta vez hay un porcentaje de verdad. El sistema va a colapsar, pero no por la reforma. El sistema va a colapsar, entre otras, por la jugada que hicieron en la Nueva EPS.
Esta entidad es la EPS más grande del país en donde el Gobierno tiene participación como accionista minoritario y las cajas de compensación son los accionistas mayoritarios.
A punta de chantajes y extorsiones, desde el gobierno forzaron la salida del cargo del gerente José Fernando Cardona y lo reemplazaron con Aldo Cadena. Cardona llevaba muchos años al frente de la Nueva EPS con una gestión admirable. Recordemos que tuvo que heredar millones de usuarios que literalmente quedaron “botados” con la desaparición a lo largo de los años de las tristemente célebres Saludcoop, Cafesalud, Medimás y muchas otras.
Aldo Cadena es un petrista de vieja guardia. La cercanía de ambos se debe a que habrían militado juntos en la guerrilla urbana terrorista M-19. Se le debe reconocer por siempre que fue el funcionario que el 28 de diciembre de 2015, a pocos días de terminar el mandato, firmó en su calidad de director del Instituto Distrital para la Recreación y Deporte la adjudicación de la Alianza Público Privada para remodelar el Coliseo El Campín hoy mejor conocido como Movistar Arena.
Todos los bogotanos estaremos eternamente agradecidos con Cadena quien lideró una de las pocas cosas buenas que sucedieron durante la alcaldía de la “Bogotá Humana”. Cadena es abogado de profesión con especializaciones en derecho laboral, salud y seguridad social. Todos esos títulos fueron obtenidos en la Universidad Nacional y la Universidad Libre. Cuenta también con un magíster en derecho administrativo. Antes del IDRD con Petro alcalde, Cadena fungió como secretario de salud entre 2013 y 2014, para reemplazar al hoy ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo.
En medios de comunicación fue ampliamente señalado por varias controversias. La más recordada fue la de la Contraloría de Bogotá, entidad que embargó de forma preventiva 19 bienes de propiedad de tres exsecretarios de Salud y de dos exdirectores del centro regulador de urgencias CRUE de la Secretaría Distrital de Salud.
Estos embargos fueron por no realizar los recobros del traslado de pacientes en el servicio de ambulancias que se prestaron entre 2012 y 2015. Guillermo Alfonso Jaramillo y Aldo Cadena, fueron embargados en esa ocasión.
Con esos antecedentes, con la carga ideológica, la presión del ecosistema andando y todos los ingredientes mediáticos y de redes sociales, no veo cómo esta solución pueda salir bien. Hoy la Nueva EPS ya está desbordada con más de 10 millones de usuarios, y si todo sale como Petro espera, llegarán otros 7 millones de usuarios que corresponden a las entidades intervenidas. La Nueva EPS tiene una deuda hoy que se acerca a 600 mil millones de pesos con clínicas y hospitales. Le pasa lo mismo que a todas las otras: la ADRES no gira los recursos a tiempo, con lo cual están ahogando todo el sistema en simultánea.
Por supuesto que va a salir mal, y para la fecha en la que se hunda la reforma en el congreso las finanzas estarán mucho más descuadradas que siempre. Habrá que recoger a los pacientes de las cenizas en el suelo y empezar con un nuevo sistema otra vez, eso sí totalmente desfinanciado: Game Over.