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Jaime E. Arango gobierno

«La sociedad de los privilegios»: Una nueva organización criminal

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Paz Total. El enunciado por sí mismo es ya un abuso de la retórica. La posibilidad de lograr la desmovilización, o sometimiento, seguramente parcial, de algunas organizaciones criminales no es la PAZ y menos TOTAL.

Jaime Eduardo Arango. Analista y consultor. Twitter: @jaimearango9

Algo como “Paz Total” no existe, no es posible. Este maximalismo es producto una práctica narrativa dirigida a avasallar la sociedad imponiéndole imperativos morales desde la política. ¿Cómo oponerse éticamente a un gobierno que promueve la muy noble causa de la paz y más que esta es absoluta, total y definitiva? Se trata en suma de hacer ilegítima cualquier oposición.

Pero esto es aún más complejo. Dice Petro: “He propuesto un pacto de paz que no solo es con grupos armados, sino con esa sociedad de los privilegios”. ¿Esa sociedad de los privilegios que no sabemos qué es, ni quiénes son, está enterada que según el presidente están en guerra? ¿Son acaso batallas de esta guerra acciones de irracionalidad económica como la reforma tributaria, que vendría ser entonces el tributo de los vencidos, perdieron, pagan? ¿O la ofensiva contra el sector minero energético? ¿La estatización de la salud? Probablemente sí. Pero el aspecto de mayor relevancia es que para un presidente la llamada “sociedad de los privilegios” sea equiparable a cualquier organización criminal.

Así la Paz Total vendría a ser la guerra total contra una parte indeterminada de la sociedad.

Estamos en un escenario en el que la guerra ya no es la continuación de la política, sino que la política es la continuación de la guerra, así corrigió Lenin a Clausewitz y así se está desarrollando en nuestro país una campaña muy agresiva contra los mercados, lo privado y las libertades, que han sido definidos como enemigos a derrotar bajo el rótulo de “sociedad de los privilegios”, a no ser que lleguen a algún acuerdo, o una rendición en el marco de la Paz Total en conjunto con los criminales y los terroristas.

Resulta por lo menos extraño que “la sociedad de los privilegios” no se haya dado por enterada que para el presidente son igual que ‘Los Pelusos’ y ‘Los Elenos’ y que no pregunten en qué condiciones se les va a ofrecer la paz, o que ni siquiera se den cuenta que están librando contra ellos una guerra y la van perdiendo. Ahora, ¿cómo saber si usted lector, o quien escribe, no somos desde la perspectiva del presidente parte de esa organización criminal que él denomina “sociedad de privilegios?