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Jaime E. Arango Franja de Gaza

La pureza moral de los oprimidos

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El egipcio Sayyid Qutb, es el ideólogo fundamental para comprender las bases de terrorismo yihadista-salafista. Qutb, se las ingenió para convertir en un solo proyecto el concepto leninista de vanguardia revolucionaria y la lucha armada en defensa de los valores de “los piadosos antepasados”.

Escribió un libro, o más bien un manual, Señales en el Camino, con el cual establece las formas de lucha a seguir para llevar adelante su proyecto político-religioso y cuando murió, fue ejecutado en 1966 por ser parte de una conspiración para asesinar al presidente Nasser, ya era el principal ideólogo de los Hermanos Musulmanes. Qutb hizo que lo inconcebible se volviera demasiado real, su historia personal, contada en una bizarra autobiografía plagada de torturas y sufrimiento, lo elevó al martirio y la leyenda.

Tan solo para ilustrar el punto. Hassan al Banna, fundador en 1928 de los Hermanos Musulmanes, T.S Elliot, el célebre poeta católico inglés, Oswald Spengler, el filósofo alemán, o Julius Evola, el intelectual italiano, tienen en común que son representantes, con muchos otros, del pensamiento reaccionario contra la modernidad, una vasta ola del pensamiento occidental levantada contra occidente, contra el capitalismo y la sociedad burguesa.

Estos hombres compartieron un pasado ilusorio en el cual fundamentaron su relato de oposición al liberalismo. Ese supuesto pasado es el idilio roto. Un mundo imaginario, rural, piadoso, armónico, natural, espiritual, aristocrático, el cual fue manchado por la sociedad industrial y el comercio.

Un pasado de pureza moral. En ese mundo imaginario los buenos fueron oprimidos, o expulsados y es por eso que quienes reivindican este retorno a Narnia, sólo pueden hacerlo a partir de la pureza moral de los oprimidos, porque todo mito necesita la dualidad y que cada polo sea absoluto. En los años treinta del siglo pasado estos reaccionarios se fueron a la guerra para recuperar el paraíso y la perdieron, pero el mito persiste más allá de la derrota por razones muy complejas que no son el motivo de esta nota.

Lo relevante es que, en nombre de la pureza moral de los oprimidos se justificaron en adelante todos los crímenes modernos. Fundados en el odio occidental contra occidente,los Hermanos Musulmanes son la fuente de casi todas las organizaciones terroristas de carácter islámico, entre ellas Hamás, que significa “celo”.

Tan solo entre septiembre del 2000 y septiembre de 2005, Hamás ejecutó contra el estado de Israel 36.000 incidentes terroristas, de cuales 144 fueron atentados suicidas y como en este relato la política es un conflicto entre grupos oprimidos y opresores, en la práctica, los europeos blancos y los judíos sionistas desempeñan el papel de opresores, mientras que las naciones del Tercer Mundo, incluidos los palestinos, desempeñan el papel de oprimidos, entonces la violencia puede justificarse y se considera esencial para el proceso de “liberación” y es ahí donde la mañana del 7 de Octubre del 2023, Hamás no sólo masacró 1200 israelíes sino que destruyó el mito de la pureza moral de los oprimidos que era su trasfondo legitimador.

Desde sus carísimas carpas de North Face los niños dorados de las universidades de la Ivy League intentan parecer ciudadanos gazatíes, recreando falsos campamentos de refugiados.

Los antisemitas de siempre proclaman el lema criminal “From the river to the sea”, el frente islámico de la CPI, condena a Israel, pero todo este esfuerzo es un cúmulo de acciones desesperadas porque Hamas destruyó el relato, transformó la narrativa, hizo imposible seguir sosteniendo el absoluto dualismo de oprimido puro, opresor impuro y arrastró a los ideólogos a una sin salida, donde solo les quedó el recurso precario de criminalizar a las víctimas. Las consecuencias de este giro argumental serán fatales en un futuro para los palestinos y su causa.