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Jaime E. Arango Inversión forzosa

Forzosamente

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Inversión forzosaes una contradicción de términos. Si es forzosa no es inversión. Invertir es por excelencia una acción tomada libremente.

Consiste en una evaluación y cálculo de probabilidades para la colocación de un activo de la tal manera que este genere algún tipo de rentabilidad a su poseedor, esta evaluación puede incluso ser subjetiva, puede ser equivocada, o no, pero siempre será una opción propia de la libertad individual. Invertir es ejercer la libertad. Si esta acción se hace por medios de fuerza es simplemente gasto, el cobro de una extorsión, un robo. Tomar por la fuerza el dinero, o los bienes de terceros para gastarlos en alguna empresa incierta es una actividad que solo pueden hacer los políticos y que solo los beneficia a ellos.

El que las leyes de un estado liberal contemplen la “inversión forzosa” es por lo menos un grave fallo ético. Es sabido que el gobierno no tiene dinero como no sea el dinero de los contribuyentes, si además de la coerción fiscal puede acceder al ahorro privado y definir su destinación, se está negando a los ciudadanos la intangibilidad del derecho de propiedad. De modo que lo escandaloso no es que un determinado presidente quiera capturar esos dineros, lo escandaloso es que existan normas que se lo permitan.

En un entorno complejo de operaciones sicológicas blandas, los lamentables Orwellianos a cargo del gobierno intentan convencer a los ciudadanos que deben volver a su condición de ciervos en nombre de la igualdad, que el dinero del público es simplemente público, o sea, de los políticos y quienes tiene la obligación fiduciaria sobre esos activos, es decir, los banqueros, le dicen a los políticos que está bien, que de acuerdo, que no hay problema para ver en donde van a desaparecer tu dinero y el de todos, que eso es nada menos que un “acuerdo nacional por la reactivación” en cual tu no cuentas, pero los grupos terroristas y las bandas criminales, sí.

Imposible imaginar un escenario peor:una asociación de políticos, banqueros y mafias para quedarse con nuestros ahorros, como si no fuera suficiente que se quedaran con los dineros de la salud, el ahorro pensional y la renta petrolera.

La inversión forzosa es en los hechos concretos una emisión. El gobierno titulariza los ahorros reales de la gente y los bancos reportan esto como colocación. Un fraude a gran escala disfrazado de “reactivación económica”, de una economía que el mismo gobierno desactivó. Lo que verdaderamente se busca es dar un primer paso en la captura del ahorro privado con la finalidad de ir socavando la capacidad de la sociedad civil para autogobernarse. Es un plan contra el capitalismo, contra la propiedad y contra los ciudadanos. Casi medio siglo de ingeniería social implantada por la constitución del 91 nos ha habituado a la arbitrariedad presidencial y al predominio social de los políticos, a considerar la libertad como ilegal.

Sin libertad económica no hay libertad política. Para los operadores de la colectivización es un escándalo que puedan existir opiniones contrarias, por eso cuando se trata de dinero la objeción es delito, porque según ellos no es TU dinero. La inversión forzosa es también opinión forzosa, es lo mismo, si no puedes decidir dónde invertir, pues mucho menos puedes opinar. En fin, como lo expresó Hayek: “No hay justificación para creer que mientras el poder sea conferido por un procedimiento democrático, no puede ser arbitrario… no es la fuente sino la limitación de poder la que impide que sea arbitrario”.