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Jaime E. Arango Opinión

Capturar el mañana

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La pregunta sobre el dinero no es cuánto puede comprar hoy, sino cuanto podrá comprar mañana. El dinero no es un activo con valor presente. Por eso el interés no es el valor del dinero, es el valor del tiempo. El dinero se demanda, como lo expresó Mises, por la experiencia histórica de lo que venido pudiendo comprar últimamente y esa experiencia trasladada a expectativas es lo que hace que el ahorro sea el consumo futuro. El relato intrínseco del dinero es el del ayer y el del mañana, en el presente el dinero no tiene poder narrativo, por eso, quien controle el ahorro, captura el mañana. No se trata de calculo económico, se trata de voluntad de poder. Thomas Sowell lo expresó claramente. “Lo que significa la encantadora frase atención sanitaria universal es que los políticos y burócratas obligan a la gente a recibir su tratamiento y medicamentos farmacéuticos de la forma que ellos deciden”. Esto, mientras a la larga el tratamiento y los medicamentos desaparecen y todo el sistema colapsa.

El ahorro es un acto voluntario. Si se TIENE QUE ahorrar, si se impone, se trata de un impuesto, precisamente por eso se llama impuesto, porque es coercitivo, por lo tanto, la llamada parafiscalidad es una ficción política creada para apropiarse del ahorro colectivo a gran escala, para convertir en publico el dinero de los privados, es decir, para robarlo. Al hacer esto con los grandes aportes solidarios de salud y pensiones, la clase política se apropia del futuro y al destruir las expectativas individuales imposibilita el crecimiento económico, pero, sobre todo, destruye la civilidad, impone la política de la desesperanza. Este asalto se encubre bajo el rotulo de “estado social de derecho” y su dinámica natural llegó al punto muerto en el cual los políticos decidieron quedarse con la totalidad del ahorro y convertirlo en gasto presente para garantizar su continuidad en el poder. El colapso del sistema salud y pensiones ya estaba dado la naturaleza autoritaria del recaudo, era cuestión de tiempo para que un pandilla amoral decidiera hacer la “crisis explicita”.

No existe manera de que el estado calcule una UPC, el estado carece de información para calcular cualquier precio o cualquier costo, es más, el estado mismo es un error de cálculo y ha crecido tanto que terminó por ilegalizar la ciudadanía, por eso solo es de derecho lo que es social, el individuo esta fuera de la ley, por eso se le puede desposeer y negarle servicios que ha comprado por adelantado, como la salud o la seguridad, o lo que podría comprar con el dinero que ahorra. El colectivismo no tiene limites en gran parte porque es la expresión primaria del bandidaje que formó los primeros estados, por eso puede incluso, como ya lo ha expresado, capturar el ahorro corriente depositado en la banca. En la dinámica actual de arrinconamiento de la sociedad civil, un corralito no es impensable y puede llegar en cualquier momento.

Jean Paul Goteux asegura que. “el éxito evolutivo de un sistema ideológico cualquiera depende de su capacidad para generar proselitismo, para combatir, excluir y reemplazar a los sistemas concurrentes. Solo se reproducen los sistemas que desarrollan medios eficaces de reproducción: el proselitismo, el totalitarismo intelectual, la intolerancia, el absolutismo de las convicciones” y es en esta lógica, al llevar al extremo las consecuencias de lo “social de derecho”, un grupo político está intentando apropiarse del tiempo, capturar el mañana y apresar la sociedad. Lo que es para algunos un asunto económico y de simple saqueo, es para un grupo de fanáticos vengarse de esa sociedad adueñándose de la esperanza.