Néstor Lorenzo sabía lo que podía ocurrir al intentar reencauchar a jugadores que ya han fallado, sin embargo lo intentó, tal vez porque aún siente el sabor de la victoria y escucha los aplausos cuando estuvo al lado de José Pékerman en las eliminatorias para los mundiales de Brasil 2014 y Rusia 2018.
Tal vez por la nostalgia y el recuerdo de una buena época, el DT de la Selección no dudó en alinear para este juego ante Uruguay a Barrios, James, Fabra, Davinson, Matheus y Arias, sólo le faltaron Cuadrado y Ospina que por lesiones están hoy fuera del radar.
Algunos dirán la típica de “no hay más”, pero esto no es totalmente cierto y el técnico argentino ha tenido tiempo y partidos para probar una nueva generación. Sin embargo insiste en el mismo experimento con la esperanza de esta vez lograrlo y demostrar que va en el camino correcto. Y allí no falla en los pronósticos, esos que dicen que para ser técnico de fútbol hay que ser terco y obstinado y demostrar con resultados que los demás estaban equivocados. Cosa que no ocurre en la actualidad.
Ayer defensas como Cuesta no estuvieron a la altura y ni qué decir de Fabra cuya ingenuidad y pereza facilitó todo para que Uruguay llegase al empate, de igual forma en el primer gol en un tiro de esquina se le ve llegar lento, fuera de forma y sin ánimo alguno.
Y así podría uno seguir y seguir diseccionando un partido fallido en casa, otro si se suma el enredado ante Venezuela y sin olvidar el desperdiciado ante Chile.
¿Lorenzo debe dejar la nostalgia y apostar por la nómina joven que tiene en el banco?, los críticos dirían que sí pero otros saldrían con la excusa de la experiencia y las horas de vuelo en la cancha así no vuelen y sean suplentes en muchos de los equipos en los que están contratados o tal vez hablar de ese ‘ave fénix’ salvador llamado James Rodríguez.
Lorenzo se defendió en su rueda de prensa diciendo que “en el momento que mejor estábamos, como para hacer el tercer gol, nos empatan y un poco de sinsabor me dejó eso, fue un partido muy disputado”, excusas que no convencen porque debía haberse anticipado con movidas y no esperar un segundo gol que lo hizo perder 2 puntos en casa.
Viene Ecuador, un partido difícil, en una plaza dura, ante un rival que viene crecido luego de ganar en La Paz (donde por cierto ya Bolivia perdió todo respeto), esperemos el DT sepa interpretar los momentos del partido y deje atrás los recuerdos de la era Pékerman.
Ahora es su era, profesor Lorenzo, y eso debe creérselo para que en la cancha se note y pueda armar un equipo que sostenga la pelota y sea efectivo. Créalo, ahora es usted el que manda, déjele por ahora los recuerdos a don José.