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César Álvarez Gustavo Bolívar

Bolívar, Hincapié, y ese Señor

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No se pueden perder la última historia de Gustavo Bolívar. Si no la han visto les hago un resumen.

En una entrevista realizada al director del Departamento de Prosperidad Social (DPS), publicada en el canal de YouTube de la revista Cambio esta semana, su fundadora, Patricia Lara, dispuesta a terminar la conversación en el minuto 46:31, le pregunta que si tiene algo que agregar.

Bolívar, sin un segundo de vacilación, afirma que “si la historia es justa y las cosas siguen como están, aunque sé que en estos últimos dos años vamos a apretar el paso, este va a ser un muy buen gobierno”.

En ese punto, me pregunté: ¿Podrían los Gustavos, Bolívar y Petro, escribir esa historia? ¿Tendrá un final feliz, o se parecerá más a una de las historias que escribe él propio Bolívar—trágica?

Lo interesante viene después. En un derroche de aparente humildad e ingenuidad, Bolívar explica que ello se debe a que, “se ha desnudado unas mafias que nosotros sabíamos que existían, peor no, cómo operaban.”

En ese punto, me pregunté: ¿desnudan mafias, o les estallan escándalos de corrupción? ¿Si no sabían cómo operaban, por qué tanto carro tanque?

Presentándose como uno de los pocos que se ha mantenido puro en medio de tanta podredumbre, a partir del minuto 47:12, en otro aparente derroche de humildad, Bolívar asegura que con los dedos de una mano puede contar a las personas en el país que son incapaces de robarse un peso que no les pertenece.

Para ilustrar su relato, en el minuto 47:22 asegura que la corrupción está tan arraigada que, incluso dentro del DPS, cree que sigue existiendo. Acto seguido menciona cómo él mismo ordenó que se adjudicara un contrato al legitimo ganador de un proceso de licitación, tras ser alertado de que el proceso había sido viciado. Lo curioso es que, después de tan noble hazaña, Bolívar no menciona si el caso fue reportado a las autoridades competentes.

Y aquí viene lo más entretenido. A partir del minuto 48:49, Bolívar, tratando de mostrase riguroso y transparente cuenta con nombres cómo Marco Emilio Hincapié, director de Coljuegos, un día le pidió una cita para decirle que un empresario quería almorzar con él.

¿Qué señor y por qué?

Antes de revelar el motivo, Bolívar sube su tono de voz, y le dice a Patricia Lara, “escuche lo que voy a decir”. ¡Porque era la primera vez que ese empresario había ganado una licitación sin tener que pagar!

Patricia, mientras la cámara la enfoca, inclina su torso hacia atrás, y exclama incrédula un fuerte: ¡No!

Surgen varias preguntas, claro. ¿Cuántas licitaciones había ganado ‘ese señor’ antes y bajo qué circunstancias? ¿Por qué Marco Emilio Hincapié estaba tan enterado de los pagos de ‘ese Señor’? ¿por qué se sentía tan cómodo como para llevarle el mensaje a Bolívar, y hacerlo en persona? ¿Por qué era necesario “agradecer” personalmente si el contrato ya se había ganado de manera transparente?

Patricia sin salir de su asombro y casi que felicitando a Bolívar por su magna obra, le dice: “hay que conocerlo”, como si ‘ese señor’ se tratara de un héroe.

Pero la cosa no acaba ahí. Bolívar, agrega que la empresa de ‘ese señor’ se llama ‘Su Red’. Y luego añade que, por supuesto, no fue al almuerzo porque “ahí sí me tiro lo que hicimos”.

Porque, claro, el hecho de que alguien haya ganado una licitación limpiamente (por primera vez en su vida, según parece) es ya motivo de celebración y prueba irrefutable de que este gobierno es un éxito rotundo.

En este punto, me pregunté, ¿Denunció Bolívar este incidente a las autoridades? ¿Mandó revisar todas las licitaciones previas de ‘Su Red’? ¿Suspendió el contrato ganado honestamente hasta que se investigara el historial de esta empresa?

En medio de risas Gustavo Bolívar, explícita, y Patricia Lara implícitamente, concuerdan que hubiese sido un gran error haber aceptado la invitación a almorzar. Bolívar cierra dejando una cifra alarmante en el minuto 50:04: el 97% de los empresarios en Colombia cree que es imposible ganar un contrato con el Estado sin sobornar a alguien.

Después de casi siete minutos de esta comedia trágica, me pregunté: ¿Está sugiriendo Bolívar que la meta del gobierno Petro es, como diría el ex-presidente Julio César Turbay, llevar la corrupción a “justas proporciones”?

De ser así, el señor de ‘Su Red’ tiene todos dos motivos para invitar a almorzar a Gustavo Bolívar. Uno, agradecerle que se ha ganado honestamente su licitación, y otro, que no lo haya denunciado, investigado, o reportado.

No olviden faltan 528 días para escoger un nuevo congreso y 605 días para escoger al próximo presidente, y según la entrevista Bolívar, él incluso no descarta lanzarse.

La cuenta regresiva continúa.