El Tribunal Constitucional de Rumania tomó la decisión de anular las elecciones presidenciales, cuya segunda vuelta estaba programada para el domingo. La medida responde a acusaciones de injerencia rusa en la primera vuelta electoral del 24 de noviembre, donde el candidato nacionalista Calin Georgescu lideró los resultados.
Documentos desclasificados por la presidencia el miércoles presentaron pruebas de supuesta manipulación electoral, incluidas campañas masivas en redes sociales y ciberataques. Según el tribunal, esta decisión busca garantizar la validez y la legalidad del proceso electoral, solicitando al gobierno que fije una nueva fecha para la elección presidencial.
Calin Georgescu, un exfuncionario de 62 años conocido por sus declaraciones pro-rusas en el pasado, debía enfrentarse en la segunda vuelta a Elena Lasconi, alcaldesa de centroderecha. Mientras evita preguntas sobre sus vínculos con Moscú, Georgescu ha expresado críticas hacia la Unión Europea y la OTAN, aunque asegura que no busca abandonar estas organizaciones.
El primer ministro saliente, Marcel Ciolacu, respaldó la decisión del tribunal, señalando en redes sociales que era la única solución ante las pruebas de injerencia extranjera que distorsionaron el voto popular. Por otro lado, Lasconi condenó la anulación y afirmó que la medida afecta la democracia del país.
La Comisión Europea anunció un aumento en la vigilancia sobre plataformas como TikTok, señalada en los documentos por ser utilizada en la promoción de Georgescu. Sin embargo, la red social negó que existan pruebas de una campaña coordinada en su plataforma.
Rumania, que se ha convertido en un punto estratégico para la OTAN debido a la guerra en Ucrania, sigue enfrentando amenazas de acciones híbridas rusas, como ciberataques y campañas de desinformación. Estas acciones subrayan la vulnerabilidad del país frente a intervenciones externas.