Jueves, 21 de noviembre de 2024 Suscríbase
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Aceite de palma

ONG denuncia que empresas alemanas se lucran con comercio de aceite de palma de Guatemala

Guatemala y Colombia son respectivamente el cuarto y quinto mayor exportador mundial de aceite de Palma.

Foto: Wirestock.

Una ONG denunció este lunes que más de una veintena de grandes empresas alemanas, entre ellas Lidl y BASF, compran o venden aceite de palma de dos firmas guatemaltecas relacionadas con violaciones de derechos humanos y daños al medio ambiente.

La Iniciativa Cristiana Romero (CIR), con sede en Münster (Alemania) y con el foco puesto en los derechos humanos en Centroamérica, destacó en un informe que la ley alemana de cadenas de suministro obliga a las empresas a tomar medidas si descubren que hay infracciones a lo largo de dicho proceso.

"A través de sus relaciones comerciales, empresas como Aldi y Lidl están contribuyendo a la financiación y legitimación de la problemática industria del aceite de palma en Guatemala", declaró Dominik Groß, de la CIR, uno de los elaboradores del informe.

Además de las cadenas de supermercados, entre las que se encuentran también Metro y Netto, la ONG citó corporaciones agrarias como ADM y Bunde o las químicas BASF y Beiersdorf.

Todas ellas tienen vínculos con los productores guatemaltecos NaturAceites e Industria Chiquibul, involucrados supuestamente en la contaminación del medio ambiente y en conflictos por el uso de tierras de comunidadas indígenas en el país centroamericano.

"Los residentes les acusan de robo de tierras, contaminación del agua, intimidaciones y infracciones del derecho laboral", destacó la ONG alemana en un comunicado.

El informe recordó que Guatemala y Colombia son respectivamente el cuarto y quinto mayor exportador mundial de aceite de Palma, mientras que el país centroamericano es el segundo suministrador al mercado alemán por detrás de Malasia, con 70.000 toneladas importadas en 2022.

El monocultivo de palma no solo tiene un impacto catastrófico para la biodiversidad y el clima, señaló la CIR, sino que además requiere cada vez más terrenos, en detrimento de la selva, de las pequeñas explotaciones agrarias y de las comunidades indígenas.