Ministros de Educación de diversos países de Latinoamérica se reúnen desde este jueves en Santiago de Chile con el objetivo de avanzar en la definición de políticas públicas que faciliten la reactivación, recuperación y transformación educativa de cara a alcanzar las metas para una educación sostenible planteadas por la Agenda 2030.
En la cita, organizada por la Unesco y el ministerio de Educación de Chile, participan igualmente el Banco de Desarrollo de Latinoamérica y el Caribe (CAF), el Banco Mundial, Unicef y la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (Cepal), que presta su sede regional en Santiago de Chile.
Asimismo asisten ministros y otros responsables de los ministerios de Hacienda y Finanzas con el objetivo de "pasar del compromiso a la acción", ya que es fundamental incrementar la financiación y multiplicar los recursos.
"Desigualdades persistentes, inseguridad económica, impacto crecientes del cambio climático, conflictos en aumento y una brecha digital en expansión son obstáculos que amenazan nuestro objetivo de lograr la prosperidad para todas y todos", advirtió el ministro chileno de Asuntos Exteriores, Alberto van Kleberen en el discurso inaugural.
"Como sabemos, la educación es un factor determinante para la reducción de la pobreza, las desigualdades y para alcanzar la igualdad de género; todos elementos extremadamente relevantes para América Latina y el Caribe y que han constituido una preocupación constante para nuestros Gobiernos", agregó.
En la misma línea, el ministro chileno de Educación, Nicolás Cataldo, insistió en la necesidad de que los ministerios de finanzas y de hacienda se impliquen en el proyecto.
"Pasar del compromiso a la acción, llevar y materializar todas las definiciones en términos de políticas públicas vinculadas a la materia educativa requiere de los esfuerzos conjuntos de nuestros países respecto a las finanzas. Sin recursos, es difícil emprender los desafíos de la reactivación educativa y la transformación educacional", afirmó.
Además, señaló: "Soy de los que cree que es posible, pues hoy tenemos más herramientas, más experiencia y un inquebrantable convicción. Nuestra misión es que nuestras niñas, niños y adolescentes vuelvan a la escuela, se reencuentren con ellas, vean en sus aulas un espacio transformador".
Cataldo recordó que los indicadores demuestran que el aprendizaje, en particular la comprensión lectora y las matemáticas entre los niños menores de diez años, no solo se frenó con la pandemia, sino que retrocedió, determinando negativamente las vidas.
"Nuestro desafío es recuperar, reactivar, y esa es la invitación que queremos extender desde Chile a toda la región, recuperar y reactivar, porque lo que teníamos antes no bastaba", dijo antes de precisar que la meta no solo debe ser que los niños regresen a la escuela, sino que se queden en ella hasta el final.
Claudia Uribe, directora de la oficina regional de la Unesco en Chile insistió, por su parte, en que la meta de la reunión es "adelantar acciones concretas que puedan apoyar a los sistemas educativos. Y un mensaje central relacionado con el valor de la cooperación educativa entre países de América latina y el Caribe para avanzar juntos hacia estos desafíos que afrontamos", señaló.
La Unesco constata que la recuperación de los niveles de educativos en los países de Latinoamérica ha sido muy dispar tras la pandemia, y lamenta que el denominador común es una tendencia regional a la baja educativa tanto a nivel primario como secundario.
Hecho que ha causado "un incremento de las desigualdades: la población más pobre, los niños y niñas de zonas rurales y los estudiantes indígenas han sido los más afectados por el incremento de la exclusión durante la pandemia, con brechas más amplias en la educación preprimaria y secundaria alta".
Italo Dutra, jefe regional de educación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para América Latina y el Caribe, advirtió, por su parte, que la región está más atrasada que otras a este respecto y mostró su preocupación por alto número de niños menores de 10 años que carecen de competencias para leer y escribir y para entender las matemáticas. EFE