El ministro de Seguridad Nacional israelí, Ben Gvir, planteó este jueves la suspensión del suministro de combustible a Gaza con el objetivo de presionar al movimiento palestino Hamás. Según Gvir, la medida podría extenderse por varios meses hasta que se logre la liberación de 97 rehenes.
El ejército israelí informó que de los 251 secuestrados el pasado 7 de octubre de 2023, 34 habrían fallecido, mientras el resto permanece en cautiverio. La propuesta del ministro busca acelerar su liberación mediante el bloqueo de recursos esenciales.
El cese del suministro afectaría directamente a hospitales, panaderías y plantas de desalinización en Gaza. Estas instalaciones ya enfrentan dificultades operativas debido a los constantes bombardeos en la región, que han limitado el acceso a recursos básicos.
En este contexto, los hospitales en Gaza han advertido sobre el impacto de la escasez de combustible, que se ha traducido en la muerte o desaparición de más de 3.000 personas en los últimos meses. La falta de insumos energéticos continúa agravando la crisis humanitaria en el enclave.
No es la primera vez que Ben Gvir propone una medida similar. A mediados de este año, el ministro ya había sugerido cortar el suministro de combustible a Palestina como una forma de represalia, argumentando que "Israel debe mostrar humanidad sólo a cambio de humanidad".
La propuesta ha generado discusiones sobre el impacto humanitario y las consecuencias de una estrategia de presión mediante la suspensión de recursos esenciales en una zona en crisis. La situación sigue siendo evaluada por las autoridades.