Se trata de los Monumentos Nacionales de Chuckwalla, Sáttítla y Kw'tsán, cuya protección ayudaría al compromiso de proteger el 30% del área terrestre y marina para 2030 que asumieron los países, y que en California se ubica en el 25,2 % en el caso de sus tierras y el 16,2 % de sus aguas costeras.
En el caso de Sáttítla, la tribu Pit River, formada por 11 bandas autónomas, solicitó a Biden proteger más de 200.000 acres en Medicine Lake Highlands, a unos 48 kilómetros al este del Monte Shasta, que no solo conservaría la biodiversidad, sino también lo que para ellos es su tierra sagrada y espiritual, ya que es el escenario para actividades religiosas, ceremonias y reuniones.
Esta área está "amenazada", explicó a EFE Brandy McDaniels, líder de la campaña del Monumento Nacional Sáttítla "Espiritualmente es un lugar que utilizamos desde el principio de los tiempos, nuestra gente ha existido allí y han vivido en armonía con las tierras, los recursos de la zona".
"Proteger la biodiversidad está profundamente arraigado con proteger la cultura y los pueblos originarios, ellos sabe existir en estas tierras en armonía. El lema de este año (en la COP16) es 'Paz con naturaleza', y así es como hemos vivido nosotros toda nuestras vidas", agregó McDaniels.
Los líderes indígenas defendieron que se trata de un territorio culturalmente significativo, ecológicamente rico y geológicamente único dentro de los Bosques Nacionales de Shasta-Trinity, Klamath y Modoc en el noreste de California. Además, resaltaron su vital importancia para el abastecimiento de agua.