Este sábado 22 de febrero marca el segundo aniversario del inicio de la invasión rusa en Ucrania, un conflicto que ha dejado una huella de dolor y sufrimiento en el país. Según la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, las víctimas civiles ascienden a 30,041, incluyendo más de 10,000 muertes y cerca de 20,000 heridos, cifras que podrían ser aún mayores.
El estallido de la guerra en 2022 fue el clímax de años de creciente tensión entre ambos países desde 2014, cuando el presidente ruso Vladimir Putin ordenó a sus tropas invadir la península de Crimea, resultando en su anexión al país, una acción no reconocida internacionalmente.
Los niños ucranianos, especialmente en las zonas de primera línea, han vivido un calvario, pasando miles de horas refugiados: "En los últimos dos años, los niños de las ciudades situadas en las zonas de primera línea de Ucrania se han visto obligados a pasar entre 3.000 y 5.000 horas -lo que equivale a entre cuatro y casi siete meses", señala la Unicef.
Mientras Ucrania conmemora este sombrío aniversario, el presidente Volodymyr Zelenskyy reafirma la determinación del país para resistir a la agresión rusa. En un acto simbólico en Kiev, Zelenskyy recibió a líderes internacionales y honró a los soldados ucranianos, recordando el sacrificio de quienes perdieron la vida defendiendo su nación.
"Hemos estado luchando por esto durante 730 días de nuestras vidas. Ganaremos en el día más grande de nuestras vidas", afirmó el presidente ucraniano.
Pero la lucha de Ucrania va más allá del campo de batalla. En un contexto de crisis económica y dependencia de la ayuda occidental, el país enfrenta desafíos financieros que podrían tener consecuencias desgarradoras. Con la incertidumbre en los últimos días sobre el apoyo financiero, Ucrania corre el riesgo de no poder sostener su esfuerzo bélico ni reconstruir su economía devastada por el conflicto.
El futuro de Ucrania sigue en la balanza, mientras el mundo observa con preocupación y se pregunta cuál será el desenlace de este prolongado conflicto que ha dejado a su paso un rastro de destrucción y desolación.