Irán llevó a cabo un ataque sin precedentes contra Israel, lanzando más de 300 artefactos, incluyendo drones y misiles, en respuesta al bombardeo del consulado iraní en Damasco, atribuido a Israel. A pesar de la magnitud del ataque, las Fuerzas de Defensa de Israel informaron que el 99 % de los artefactos fueron interceptados, calificando el ataque como un "fracaso" en términos militares.
Aunque Irán considera que ha tomado represalias por el ataque al consulado, no se prevén más ataques a menos que Israel responda. El general iraní Mohammad Bagheri afirmó que la operación "alcanzó todos sus objetivos", aunque las autoridades israelíes reportaron daños mínimos y solo una persona herida en un área beduina del sur de Israel.
El ataque también incluyó la base aérea de Nevatim, desde donde se cree que despegaron los aviones que bombardearon el consulado iraní en Siria. A pesar de esto, las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron que la base sigue funcionando y publicaron un video de aviones aterrizando en ella.
Mientras tanto, Estados Unidos ha confirmado que no se unirá a ninguna represalia de Israel contra Irán, lo que sugiere un intento de desescalar las tensiones en la región. Esta decisión refleja los esfuerzos de Estados Unidos por mantener la estabilidad en Oriente Medio y evitar una escalada del conflicto entre Israel e Irán.