El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles la nominación de Rubio al que describió como "un líder muy respetado y una voz muy poderosa en pro de la libertad".
"Será un firme defensor de nuestra nación, un verdadero amigo de nuestros aliados y un guerrero valiente que nunca se rendirá ante nuestros adversarios", afirmó Trump.
Cuba, que se encuentra sumida desde hace cuatro años en una profunda crisis económica y energética, afronta este cambio con evidente inquietud y hasta el momento no se ha posicionado sobre la vuelta de Trump a la presidencia, después de que en su primer mandato endureciese de forma considerable el régimen de sanciones e incluyera a La Habana en la lista de patrocinadores del terrorismo.
Rubio ha defendido desde hace años la política de máxima presión sobre Cuba y ha criticado cualquier acercamiento a la isla, incluido el período conocido como el "deshielo", cuando se restablecieron las relaciones diplomáticas durante la Administración de Barack Obama.
Para retirar la sanciones, Rubio reclama cambios en materia de derechos humanos, la libertad de los presos políticos y la democratización del sistema político cubano. La Habana, por su parte, exige respeto a la soberanía nacional y apunta a los problemas de derechos humanos en Estados Unidos.