Durante el juicio de la JEP contra el coronel Publio Hernán Mejía, el fiscal Samuel Serrano llamó a dos militares retirados que hicieron parte del Batallón La Popa en Valledupar relataron varias de las ordenes que habrían recibido por parte del oficial mientras fungió como comandante, entre ellas, hablaron de "incentivos" que recibían, según ellos, por las "bajas en combate" que se realizaran.
"En el batallón siempre se mantuvo un premio por parte del batallón a los soldados. Yo en un par de formaciones escuché del señor teniente coronel Hernán Mejía al soldado que diera la baja con arma corta le daban un premio de 500 mil pesos y con arma larga de un millón de pesos" dijo Eduart Gustavo Álvarez Mejía, testigo y militar en retiro.
Durante el interrogatorio también aseguró que los documentos que se entregaban a los comandantes sobre las supuestas operaciones que realizaban las bajas en combate, se realizaban con un solo fin, "para darle un tinte de legalidad a las operaciones".
Otro de los testigos, Guillermo Gutierrez, capitán retirado, también relató que había, dice él, "un acuerdo con paramilitares para matar una persona, que eran pasadas como bajas en combate" y señala que las ordenes impartidas en ese momento por el ahora coronel en retiro Mejía, era atacar a las entonces FARC y no a las autodefensas.
La audiencia que tiene lugar el Valledupar, avanza, la defensa del coronel también ha realizado contra interrogatorios en los que ha establecido, dice el abogado del oficial, Germán Navarrete, se han establecido contradicciones y ciertos relatos no cuentan con las pruebas suficientes para establecer la culpabilidad del hoy señalado Publio Hernán Mejía.