La continuación de la audiencia contra la exconsejera para las Regiones de la Presidencia de la República, Sandra Ortiz, fue maratónica al igual que las tres sesiones anteriores y se suspendió hasta el 18 de diciembre, cuando se espera haya decisión en cuanto a la medida de aseguramiento que solicitó la Fiscalía Novena.
La exfuncionaria es señalada de tráfico de influencias y lavado de activos, porque, según el exdirector de la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgo de Desastres, Olmedo López, ella fue la designada para entregar recursos y así comprar al senador Iván Name, para que votara positivamente las reformas del gobierno. Además, la Fiscalía señala que por orden del entonces director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Carlos Ramón González, se le delegó a ella para que gestionaran contratos, a través de la UNGRD.
Esta vez Ortiz se quebró emocionalmente al pedir a la juez que la dejara defenderse en libertad y lloró.
”Quiero defenderme en libertad, como se lo dije a la Fiscalía. La Dra. Andrea Muñoz me dijo la última vez que nos vimos: yo sé que usted no se ha cogido nada. Me lo dijo delante de todo el equipo. Yo voy a luchar por mi inocencia, por mi familia por sacar a mis hijas adelante, a la de 12 años ya la mayor”.
Ortiz dio esas palabras después que hablara su abogado, quien, entre otros aspectos, destacó que por las condiciones de seguridad de ella los vehículos que le brindan protección, a través de la Unidad Nacional de Protección (UNP), tienen GPS, por ende siempre. se puede ubicar, por lo tanto, no será necesaria una medida de aseguramiento intramural. Ortiz en su intervención detalló la parte humana de lo que está viviendo.
“Ya llevo siete meses sin trabajo, este ha sido el momento más difícil de mi vida. He vivido el infierno más grande por no haber aceptado un principio de oportunidad”.
Afirmó que irá hasta las últimas consecuencias, para demostrar su inocencia. “Yo soy una mujer inocente de todos los delitos que me están acusando”.
Comentó la difícil situación que está viviendo su familia, al punto que todos están en citas con psicólogos y psiquiatras.
“Mi hija casi pierde el año, ha sido uno de los momentos más duros y difíciles de mi vida”.