Domingo, 24 de noviembre de 2024 Suscríbase
Temas
inspiracion

Resoluciones de un año nuevo

Por María Paula Rueda Terapeuta especializada en terapia Gestalt, musicoterapia […]

Por María Paula Rueda

Terapeuta especializada en terapia Gestalt, musicoterapia humanista, eneagrama, meditación y radiestesia/ @Bhumiluz

Cada vez que comienza un nuevo año tenemos la costumbre de formular intenciones que nos sirven de inspiración y guía. Muchas de esas resoluciones son tan comunes entre los humanos que parecen hechas en China y distribuidas por Amazon. ¿Cuántos de nosotros hemos empezado el año con la intención de hacer más ejercicio, comer mejor, ordenar la casa, visitar más a las personas queridas, viajar o ganar más dinero? ¡Yo creo que somos muchos!

Si bien estas resoluciones son muy útiles para la salud y la vida, ¿cuántos de nosotros de verdad nos tomamos el tiempo para definir cuáles serán los hilos conductores del año que comienza, a la luz del proceso que hemos venido viviendo?

No conozco las estadísticas, pero mi intuición me hace dudar de que sean muchas y aunque las fórmulas genéricas del bienestar son píldoras sanadoras y valiosas, indagar en esos procesos íntimos puede ayudarnos a definir resoluciones más poderosas y transformadoras.

El corazón de nuestros procesos es algo que ni los chinos ni los gringos pueden adivinar y, por lo tanto, no pueden promocionarlos en Instagram ni enviarlos por correo. Es un lugar muy íntimo al cual solo nosotros podemos acceder: es importante poner atención, hacer silencio y tomarnos el tiempo para reconocer cuáles son los elementos que siguen sosteniendo la base de esos retos dentro de nosotros.

Para formular nuestras resoluciones del año es importante saber por dónde comenzar. Así como una madeja de lana que queremos desenredar, es útil empezar por encontrar la punta, el comienzo. Según pienso, esa punta son los retos, conflictos o dificultades que estamos experimentando actualmente y nos dará las pistas para descubrir los temas que necesitamos trabajar.

Mi maestro dice: “honra a tus dolores porque ellos te muestran en dónde te encuentras”. Así es que nuestros retos y dolores no son enemigos, en realidad son aliados de nuestra liberación, y para lograr que cumplan su función es importante desenredar la madeja de lana en la que se encuentran. Por lo tanto, para comenzar el proceso de formulación de resoluciones del nuevo año, les sugiero algunos pasos:

  • Paso 1: identificar los retos que actualmente enfrentas. Escríbelos en forma clara y concisa.
  • Paso 2: describe los elementos internos que los acompañan. Mira las emociones, sentimientos, pensamientos y creencias que se despiertan.
  • Paso 3: reconoce la actitud interna que nutre cada emoción, creencia o sentimiento que identificaste.
  • Paso 4: define cuál es la medicina que puede aliviarte. En mi caso yo tendría que preguntarme: ¿qué ayuda a mermar mi autoexigencia? Bueno, hasta donde lo he podido identificar, mi autoexigencia se calma cuando reconozco que no todo depende de mí y, por lo tanto, no me corresponde solucionarlo todo. También, encuentro sosiego cuando comprendo que el exceso de esfuerzo no siempre trae excelencia ni resultado. En ocasiones ha sido mucho más útil poder fluir con gracia y relajación frente a los retos, que empecinarme en hacer las cosas bien desde el esfuerzo, la planeación y el control.
  • Paso 5: redacta tu resolución preferiblemente en positivo. Descubre esa pildorita que al tomarla o decirla en voz alta te ayudará a disolver los venenos que alimentan tu negatividad.

Entonces sugiero que nos concentremos en la medicina y no en la enfermedad. Mi resolución diría algo así como: este año, me propongo fortalecer mi capacidad para fluir de manera grácil y relajada frente a aquello que no controlo y me cuesta; reconoceré lo que me corresponde hacer y lo demás lo soltaré. Con toda franqueza puedo ver que esta sí es una resolución que va directo al corazón de mi reto y, por lo tanto, una en la que vale la pena concentrarme.

Deseo entonces que te tomes el tiempo y el espacio necesarios para formular las resoluciones de este año, esas que son tan únicas como tus aprendizajes. No importa si llega febrero o marzo y aún estás descubriéndolas. El proceso de indagación será tan valioso y profundo que habrá válido la pena esperar un poquito más para encontrarlas.