Revista Alternativa: Don Jorge Barón, ¿cómo ha logrado mantenerse vigente casi 60 años después y obtener, incluso, un Récord Guinness por ser el presentador que más tiempo ha permanecido con un programa al aire?
Jorge Barón: La permanencia, tanto de mi programa como de Jorge Barón al frente de cámaras, ha sido gracias a mi trabajo y como he llevado mis programas con creatividad, respeto al televidente y, naturalmente, con el apoyo de la teleaudiencia y también de clientes o patrocinadores que me han acompañado en cada empresa que me he propuesto en la televisión.
¿Cómo logró que El show de las estrellas se convirtiera en el escenario donde llegaban los artistas latinos más famosos?
El show de las estrellas ha sido un programa que acaba de cumplir 56 años en la televisión colombiana y ha podido mantenerse por la variedad que ha ofrecido, por la manera cómo lo hemos presentado con los años. El programa ha sido por temporadas. Iniciamos la primera etapa en estudio, haciendo la presentación de los artistas con mi presencia. El vestuario caracterizaba un personaje de la vida nacional. Me disfrazaba de chef, policía, bombero, de distintas maneras para obviar mi dificultad de vestuario, pues al comienzo no tenía ropa, a duras penas el vestido que mandé a hacer con mis ahorros de 10 mil pesitos que traje de mi natal Ibagué. A raíz de eso, me tocó inventarme la manera de poder salir cada ocho días de una manera distinta en la televisión y lo hice de esa forma.
Una de mis ilusiones era presentar El show de las estrellas al estilo de esos grandes shows que hacían los italianos, que eran los líderes mundiales de la televisión en el aspecto musical. Logré conseguir un esmoquin que me vendió Alberto Garda, el famoso cantante de tangos de la época por 200 pesos que me ayudó a arreglar mi suegra de ese entonces.
“Colombia necesita mucha agüita. Yo que recorro el país y me meto en el barro en todas las regiones sé cómo necesita agüita la gente”
Acondicionamos el vestido pues Alberto Garda era un hombre bastante acuerpado y yo un joven muy flaquito. También organizamos la ropa para las bailarinas y un amigo mío, que era coreógrafo, me montó la coreografía, y yo contraté a los músicos de la Orquesta Sinfónica de Colombia y de la Orquesta Filarmónica de Bogotá para que me acompañaran en los distintos shows, presentando las canciones de moda, es decir, copiando la figura a nuestra manera de un show internacional como lo eran los programas italianos.
Luego vino una tercera etapa, que la realizamos con El show de las estrellas en distintos lugares del país, teniendo como marco los escenarios más hermosos de los departamentos de Colombia, hacíamos postales musicales hermosísimas acompañando a los artistas que presentamos.
Llegó la época de los artistas internacionales y con unos buenos amigos que tenía en la televisión que eran Raúl Velasco, quien tenía Siempre en Domingo en México; y Amador Bendayán, que tenía Súper Sábado Sensacional en Venezuela; hicimos un convenio para poder traer a los artistas extranjeros que estaban de moda a Colombia. Convencimos a las compañías discográficas para que nos colaboraran y de esa manera lográbamos costear las giras a los tres países con figuras españolas como Julio Iglesias o Raphael.
Todos esos “tiburones” llegaron a nuestros programas por primera vez y se hicieron conocer del público porque resulta que la gente los oía a través de sus discos y a través de la radio, pero físicamente no. Eso fue todo un suceso y el programa marcó unos ratings altísimos y se convirtió en el primer programa musical de la televisión colombiana. Luego vino la etapa de realizar giras por todo el país cuando se anunciaba la implantación de los canales privados en Colombia. Entonces yo tenía que buscarme una estrategia para poder competir con ellos y se me ocurrió ir a donde la gente. Me fui por todos los departamentos, por todos los municipios y tenía una audiencia cautiva, de esa manera pudimos competir con los canales privados. En la parte comercial logramos hacer los comerciales de forma diferente porque yo mismo los hacía y los modelos eran gente del público.
En esos ires y venires, ¿cuántas vueltas le ha dado a Colombia?
Hemos logrado visitar más de 800 municipios del país, le hemos dado como 15 vueltas a Colombia. Invitamos a artistas de todos los géneros, para todas las edades, para toda clase de público. Además, he presentado artistas para la nueva generación como es el caso de Menudo. Cuando nosotros los presentamos, esas personas eran niños y hoy tienen 30, 35, 40 años.
¿Cuál considera que fue el personaje famoso o más importante que estuvo en su show?
Fue un artista chileno, Antonio Prieto. Interpretaba sus canciones no solo con su rostro o voz, sino también con sus manos y con su expresión en los ojos. Era de verdad un artista muy profesional y de una escena fantástica.
¿Quién le quedó faltando por presentar?
En esa época a Michael Jackson que tratamos de hacerlo, pero no fue posible.
“Hemos logrado visitar más de 800 municipios del país, le hemos dado como 15 vueltas a Colombia. Invitamos a artistas de todos los géneros, para todas las edades, para toda clase de público”
Embajadores de la música colombiana fue su otro programa legendario porque allí le dio muchas “pataditas de la buena suerte” a mega estrellas. A propósito, por ahí está rodando un vídeo de Karol G cuando estaba iniciando y mire hasta dónde ha llegado.
Y a Shakira... bueno a todos los artistas colombianos que ahora son figuras a nivel mundial, todos pasaron por mi programa, todas recibieron “el besito de la buena suerte” y los hombres “la patadita de la buena suerte”. En el género popular iniciamos con Darío Gómez, “el rey del despecho”, y de ahí vinieron todos estos artistas. En la música urbana también es el caso de J Balvin y Maluma.
Recuerdo a Ricardo Montaner que inició de cero aquí en El show de las estrellas y llegó a ser una figura internacional de gran importancia.
¿Cómo logró que políticos, guerrilleros, paramilitares permitirán que El show de las estrellas se presentará en cada rincón de Colombia e, incluso, en muchas oportunidades se convirtió en la única tregua para estos pueblos que estaban bajo el castigo de la guerra?
Eso lo he logrado gracias a mi independencia. Yo no soy político, no me gusta la política. La misión del programa es llevar alegría, entretenimiento, un mensaje de paz, de solidaridad, de compañía a todos los rincones de la Patria. Yo voy por el camino del centro. Por mucho tiempo utilicé el traje blanco que simbolizaba que nosotros éramos neutrales. A raíz de eso, pues nadie se mete conmigo; los grupos insurgentes me han dejado trabajar. Con los políticos, pues a veces lo llaman a uno para ver si pueden hacer algún proselitismo, pero yo nunca he permitido eso.
Muchos recuerdan aún una portada de la entonces revista Cambio que lo perfilaba como candidato presidencial con la sugestiva pregunta: “¿Barón electoral?”. ¿Tuvo esas tentaciones?
La revista Cambio mandó una reportera a cubrir un concierto que estábamos realizando en Granada, Meta en el puente del Alcaraván, en plena zona del Ariari. Allí estaban las Farc, el ELN, el EPL, el Ejército, la Policía, estaban absolutamente todos los grupos armados del país. La periodista fue con bastante anticipación a hacer el cubrimiento del programa. Cuando llegué, ella se dio cuenta de la cantidad de gente que salió a recibirme en un desfile interminable. Ella quedó aterrada porque sabía que esa gente que estaba ahí era de todos los grupos.
Allí todo el mundo se abrazaba, todo el mundo bailaba, unos con otros estaban felices en el programa e hizo una crónica que la tituló de esa forma, pero eso fue cuestión de la periodista que me causó muchos problemas, porque realmente los periodistas, las emisoras, todos pensaron que sí era cierto que yo me iba a lanzar a la Presidencia, pero de ninguna manera me lo pensé.
Pero una columna de El Tiempo de Óscar Collazos se lo tomó en serio y creía que lo querían catapultar como el Chávez colombiano, e incluso el expresidente López Michelsen veía en usted un liderazgo innato.
Sí eso era cuando Chávez estaba comenzando, que la gente en Venezuela lo tenía en el en el cielo y lo querían muchísimo. Yo fui a Venezuela a hacer un programa y el presidente Chávez me colaboró muchísimo, me permitió que yo llevara todos mis camiones, todas las móviles y me facilitó el Paseo de los Próceres en Caracas. En ese entonces fueron como 200 mil personas en un programa de 17 horas. Después de algunos años las cosas cambiaron y ocurrió lo que ya todo el mundo sabe.
Ahora que estamos hablando de presidentes, ¿cuál ha sido el mejor?
Eso sí que está complicado porque los últimos presidentes que ha tenido Colombia, todos han sido mis amigos, todos han sido personas que han admirado mi trabajo, todos en algún momento me han colaborado. Todos los presidentes me mandan cartas, me dan trofeos, me estimulan mucho. No podría decir cuál ha sido el mejor porque todos han sido muy generosos.
Pareciera que hoy Colombia necesita “agüita para mi gente” a ver si calmamos a muchos. ¿A dónde apuntaría?
Sí señor, Colombia necesita mucha agüita. Yo que recorro el país y me meto en el barro en todas las regiones sé cómo necesita agüita la gente.
¿Y para calmar algunos ánimos del país a dónde iría el chorro de agua?
En todas las zonas que llaman rojas.
¿Hay razones para mantener el ¡entusiasmooo!..?
Sí hay razones para mantener el entusiasmo que es una palabrita del común, pero hay que ponerle la energía que yo le pongo para que todos trabajemos diariamente y contribuir a que cada día sea un país mejor, que sea un país más rico, donde no haya tantos odios, que podamos vivir en paz porque Colombia es un paraíso.
Yo que recorro el país, me doy cuenta de que la situación no es tan caótica como la pintan.
¿A quién le gustaría dar “la patadita de la buena suerte” para el 2026?
Si me la aceptara, me gustaría darle la patadita de la buena suerte a nuestro actual presidente, el doctor Petro para que continúe luchando y mejorando a ver si el país logra encontrar el camino que nos lleve a salir adelante a todos, porque sí estamos un poquito preocupados por la situación económica, etcétera.