Elegir entre correr o caminar es una decisión personal, sin embargo, es importante considerar las ventajas y desventajas de ambas opciones para determinar cuál se adecúa mejor a nuestras necesidades. En este proceso, es aconsejable buscar asesoría de un especialista.
Aquí algunas sugerencias:
1. Entrenar con un compañero: La responsabilidad compartida resulta ser una motivación muy efectiva. Invitar a alguien a unirse a las sesiones de ejercicio aumenta significativamente el compromiso.
2. Explorar nuevos lugares: Romper la rutina implica explorar diversas ubicaciones, considerando la posibilidad de trazar nuevas rutas cada semana o mes, lo que es sencillo gracias a las aplicaciones y sitios web que ofrecen opciones variadas.
3. Modificar la ruta habitual: Realizar pequeñas modificaciones en la rutina, como correr o caminar en direcciones opuestas o a distintas horas del día, puede revitalizar la experiencia.
4. Unirse a un grupo: Además de proporcionar una comunidad comprometida, estos grupos organizan eventos en diferentes lugares que permiten entrenar con personas de niveles de condición física similares.
5. Establecer metas alcanzables: Enfocarse en metas pequeñas y medibles, como una cantidad específica de kilómetros por semana o una mejora gradual en velocidad y distancia, incrementa las probabilidades de éxito. Considerar la inscripción en maratones u otros eventos.
6. Asumir un reto: Calcular los tiempos en una distancia particular y trabajar en superarlos es un enfoque que mantiene la motivación y la concentración.
7. Planificar la rutina: Establecer un horario regular para las salidas a correr o caminar, como al comienzo del día, para convertirlo en una rutina.
8. Permítase un gusto: Reforzar la motivación adquiriendo nueva ropa deportiva o accesorios que brinden confianza y entusiasmo, como camisetas, gorras o tenis.
Todo lo anterior acompañado de una dieta balanceada, mejorará su calidad de vida.