En Revista Alternativa, continuamos destapando la verdad detrás de la crisis en la Agencia Nacional de Tierras. Nuevas declaraciones de Carolina, ex contratista de la Agencia, amplían el panorama de las irregularidades y la falta de transparencia en la gestión de tierras en Colombia.
Desde abril, grupos de campesinos instalaron carpas frente a las oficinas de la Agencia, esperando ser escuchados por el director Felipe Harman. Pese a su comportamiento respetuoso, estos campesinos fueron ignorados, y no se les proporcionaron ni las condiciones mínimas de bienestar. Los intentos de diálogo fueron nulos, y la situación empeoró a medida que más personas se unieron a la protesta.
Carolina explica que la crisis no solo radica en la falta de respuesta a los campesinos, sino también en la gestión interna. Con la llegada de Harman, se canceló la rendición de cuentas—audiencias públicas obligatorias por ley—dejando a la población sin información vital sobre las acciones de la Agencia. Esta decisión, según Carolina, refleja una alarmante falta de compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas.
Además, se revela un cambio drástico en el personal de la Agencia. Un 75% de los contratistas fueron despedidos, y sus reemplazos no tienen la experiencia necesaria para manejar los complejos procesos de la reforma agraria. Carolina subraya que la falta de empalme y capacitación adecuada está afectando gravemente el funcionamiento de la Agencia.
Las declaraciones de Carolina también destacan la situación crítica de los ex contratistas, muchos de los cuales no han recibido su último salario. La incertidumbre y la falta de pago agravan la crisis, dejando a ex trabajadores en una situación precaria.
Desde la Agencia y a través de la cuenta de Twitter de Harman, se afirma que la entrega de tierras avanza, pero la realidad en terreno muestra que más de 6,000 campesinos siguen esperando una solución concreta. Las denuncias de Carolina, respaldadas por el silencio administrativo y la falta de acciones claras, evidencian un posible sabotaje a uno de los programas bandera del gobierno.