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‘Uno no invierte en ideas, sino en quienes las desarrollan’

Ángel Celis Botto ha cofundado cuatro emprendimientos en 15 años. […]

Ángel Celis Botto ha cofundado cuatro emprendimientos en 15 años. Hoy lidera dos plataformas: Liftit, para transporte de última milla, y Beu, para monetizar las pasiones.

Ángel Celis Botto es quien maneja el producto en Liftit.

Por ÁLVARO RODRÍGUEZ FERRERO

Cofundador de Innside y creador del podcastBoss Tank: ser tu propio jefe

@alvarorodriguezf

A sus 14 años, a Ángel Celis Botto le apasionaba el mundo de los videojuegos, pero más que jugarlos quería crearlos. Entonces se puso a aprender un poco de programación y de cómo interactuaban las personas en la red. Terminó dedicándose a desarrollar aplicaciones y a convertirlas en emprendimientos.

En 15 años ha cofundado cuatro. Uno de ellos, que ya está en cinco países, es Liftit, “una plataforma que busca ser la logística que ayuda a pequeñas y grandes compañías a hacer entregas de última milla”. Allí, Celis Botto (@bottico en LinkedIn e Instagram) es el máximo responsable del producto y a la vez el vicepresidente de Mercadeo.

Cuando la creó con dos amigos, ninguno de los tres tenía experiencia en logística, pero sí una necesidad directa: “¿Por qué si podemos comprar en línea al instante, no podemos recibir la mercancía rápidamente?”.

Desde el día uno de la empresa comenzó a vender. Simplemente construyeron una página web por 10 dólares, hicieron su primer servicio, se ganaron una buena comisión y, poco a poco, la compañía fue evolucionando.

Rápidamente se dieron cuenta de que el foco debería estar en la relación con las empresas, que no entregaban de manera inmediata, no porque no quisieran sino porque el proceso era –y es– muy complejo, sobre todo en América Latina. Habían encontrado su oportunidad.

Alternativa: ¿Desde el punto de vista tecnológico, cómo funciona el servicio de Liftit?

Ángel Celis Botto: Tenemos el Order Manager System, que básicamente es un gestor de órdenes. Cuando una empresa pequeña o grande realiza una compra en el sistema, nuestra tecnología, a través de inteligencia artificial de algoritmos certificados, determina cuál es el mejor vehículo y la mejor hora para salir a cumplir la expectativa del cliente, etc. Decimos que hacemos la logística simple, precisamente porque, en solo unos cuantos clics, se puede sintetizar todo el proceso de una manera muy sencilla.

¿Y cómo es la relación con la gente que transporta?

Latinoamérica es un mercado donde el transporte es bastante informal. Básicamente, una persona compra su camioncito y lo pone a trabajar en una empresa o en múltiples empresas, pero realmente estos transportadores están muy desatendidos. Creemos que a través de la tecnología podemos generar también beneficios para ellos. Al final son las personas que entregan el producto y que con una sonrisa pueden hacer mejor la experiencia de servicio.

¿Cómo les garantizan carga frecuente y un pago efectivo?

Hoy, en el mercado, un gran cliente te paga a 30 días y el transportador tiene que asumir todos los gastos durante esos 30 días de espera. Nosotros, con tecnología, vimos una oportunidad más efectiva para ellos. Nuestro lema es “movemos Latam” y buena parte de nuestra responsabilidad es con los transportadores informales de América Latina, para que puedan tener un trabajo más digno y mejor remunerado.

¿La plataforma de ustedes es algo parecido a Uber?

Nos conocen como el “Uber de la logística”, pero en realidad es un proceso diferente, porque nuestro trabajo no es solo asignar el vehículo y esperar que el servicio suceda. Nuestra tecnología se encarga de optimizar todo: de garantizar que la mercancía esté lista a la hora adecuada en bodega, de tener el conductor mejor calificado para el servicio, de la seguridad indispensable para que la mercancía vaya bien y llegue bien, y de la medición de satisfacción de los usuarios. Estamos en la operación de punta a punta.

¿Cómo impactan los costos desde el punto de vista logístico? ¿Son más competitivas las empresas por usar Liftit?

Sin duda. Hemos reducido costos hasta en un 60 %. Los clientes tenían flotas muy ociosas. Contrataban 50 camiones, pero un día requerían 5 y al otro, 60. Entonces tenían muchos gastos ocultos y poca utilización. A través de la tecnología, quitamos ese ‘dolor’. La forma más fácil de ahorrarles dinero a los clientes es diciéndoles que, por ejemplo, no necesitan una tractomula, sino una moto. Y así hay muchas más variantes que nuestra tecnología puede entrar a resolver al instante.

Uno tiene que buscar capital cuando lo necesita. Nuestra promesa era: validemos la oportunidad, ejecutemos de manera rápida, proyectemos eficientemente y, cuando estemos listos, vamos a buscar capital para expandirnos. Con el paso del tiempo, cuando se van cumpliendo los objetivos proyectados, se vuelve más fácil llegar a los inversionistas. Al final, ellos, más que ver una oportunidad de negocio, ven la capacidad de ejecución de nuestro equipo de trabajo. Uno no invierte en las ideas, invierte en las personas que las desarrollan. Y si tú tienes un gran equipo y unos buenos resultados, el capital siempre va a estar ahí. ´

“Si uno tiene un gran equipo y unos buenos resultados, el capital siempre va a estar ahí”.

¿Hoy cuántas personas trabajan con ustedes y cómo se distribuyen?

Somos 350 personas. Estamos operando en cinco países: Colombia, Brasil, Chile, México y Ecuador. La mayor cantidad de recursos se concentra en tecnología y producto. Sin embargo, tenemos una gran parte de los colaboradores como responsables de captar y fidelizar los vehículos y de garantizar el proceso de cargue. También hay una fuerza comercial bastante amplia para captar mejores oportunidades.

¿La entrada a mercados tan importantes como México y Brasil qué ha significado para ustedes?

Los procesos de expansión son muy difíciles en realidad. Países como México se vuelven más sencillos porque tenemos una cultura y unas necesidades logísticas similares, pero Brasil es ‘otro continente’, otra cultura, otro idioma. Allí los procesos logísticos están muy evolucionados y no se ve tanta informalidad en el transporte. Eso presenta ciertos retos, pero en Brasil tenemos a las personas correctas que nos ayudan a transformar esas necesidades puntuales.

Hasta el año pasado, Liftit había recogido casi 40 millones de dólares en rondas de inversionistas. ¿Cuándo decidieron buscarlos?

¿Cómo fue la primera vez que se sentó con un inversionista? ¿Qué tan difícil resultó?

Al principio intimida por esa sensación de que uno está pidiendo plata en lugar de estar abriendo la oportunidad para que otras personas se integren a tu círculo. La primera vez fue con bastante inseguridad porque uno piensa que esas personas saben mucho más, y yo en ese momento estaba empezando. Sin embargo, poco a poco, fui conociendo personas que me enseñaron la manera correcta de hacerlo.

La plataforma les ahorra hasta el 60 % de los costos de transporte a las empresas, dice Celis.

¿Cómo fue en el caso concreto de Liftit?

Fue bastante simple. Brian York, uno de los tres fundadores, ya tenía experiencia en encontrar capital, una red de trabajo en el tema y su foco en la compañía era ese. El mío ha sido, básicamente, dirigir la tecnología y la estrategia de operación, y el otro socio, Felipe Betancourt, asumió las ventas.

¿Cuál es su próximo reto?

Justo estoy por lanzarlo. Se llama Beu, lleva dos meses en el mercado y ya suma más de 25.000 usuarios. Antes, si uno no era médico o abogado, le cuestionaban su futuro y le decían “¿usted qué va a hacer con su vida?”. Hoy es diferente porque la humanidad está pasando por un big bang y uno puede hacer lo que le apasiona. Beu, básicamente, es una plataforma para monetizar nuestras pasiones. Quien quiera puede entrar en Beu.app, registrarse gratis y comenzar a subir contenido, para que la audiencia lo patrocine o le pague por ver.

“Las startups son uno de los mejores vehículos para maximizar el crecimiento de las personas, extiende tus límites y te hace sobrepasarlos, te obliga a pensar en cosas que de otro modo no lo harías y te rodea de las personas más inteligentes y motivadas que existen”. Explíquenos un poco más esta reflexión suya.

Las startups son un ecosistema en donde el exitoso no es el que gana mucho sino el que, cada vez más, comparte conocimiento. Yo he tenido el privilegio de poder interactuar con personas que están abiertas a compartir sus ideas locas y ver cómo las podemos crear en conjunto.

¿Qué recomendación le haría a un emprendedor, especialmente a uno digital?

Lo más importante es la gratitud con el avance y seguir trabajando duro por el futuro. Uno no siempre está llegando a los objetivos que se plantea, pero al final se da cuenta de que ya hay algo y, si sigue luchándola, en algún momento la logra. No existen los errores y todo se transforma en aprendizaje. Se trata de tener mucha resiliencia y trabajar para que las cosas sucedan. Al final, si uno le dedica tiempo, todo por internet es posible.