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Economía

¿Qué retos en economía tiene el gobierno para 2024?

La mayoría de los analistas coincide que serán inflación, crecimiento, salud fiscal y futuro de las reformas. Propongo cuatro categorías de retos y los planteo en orden de menor a mayor grado de dificultad. El verdadero reto está en las ideas en las que se cree

Por: Javier Garay

Docente e investigador Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales, Universidad Externado de Colombia

¿Cómo enfrentar las dinámicas internacionales?

Diversos hechos internacionales tendrán efectos en el desempeño económico del país, más teniendo en cuenta su vulnerabilidad externa. El reto consiste en identificar escenarios, plantear posibles efectos y contemplar alternativas de respuesta.

Las fuentes de vulnerabilidad se encuentran en, al menos, los siguientes aspectos: geopolítica (¿cómo afectarán los conflictos vigentes los intercambios comerciales colombianos o las perspectivas de inversión hacia el país?), elecciones en países relevantes (¿qué efectos pueden tener las elecciones en Estados Unidos, India o Venezuela?), los avances en tecnología (¿cómo va a participar Colombia del auge de la Inteligencia Artificial?) y las dinámicas del comercio internacional, (¿cómo se adaptará o aprovechará las dificultades de transporte marítimo resultantes de, por ejemplo, la actual sequía en el Canal de Panamá o las dificultades en seguridad Yemen o el Estrecho de Ormuz?).

Y una advertencia: estrategia no es crear comisiones de expertos.

Foto:Alternativa/Hansel Vasquez

No destruir las posibilidades de crecimiento

Casi todos los indicadores muestran una economía, una desaceleración, en el mejor de los casos. Vivienda cae y se deteriora el crédito. Exportaciones e importaciones se reducen. La inversión extranjera en Colombia y de Colombia al resto del mundo también cae en comparación con 2022.

Para el tercer trimestre de 2023, la caída del PIB alcanzó el -0,3 %. En este, se reducen sectores como manufactura y comercio, mientras crece la administración pública. Es decir, el sector privado se reduce, mientras el Estado crece.

Si bien los datos de empleo se mantienen positivos, eventualmente se verán afectados. De un lado, de los sectores que mayor empleo generan (comercio, agricultura, administración pública, manufacturas y actividades artísticas), solo dos están creciendo.

Del otro, los sectores que más empleo generaron en octubre de 2023 (transporte, construcción, alojamiento y servicios de comida, actividades financieras y agricultura) son algunos de los que más están cayendo.

Así las cosas, el Gobierno tendrá que enfrentar decisiones que eviten un mayor freno al crecimiento económico y esto pasa por no cometer errores que impidan la creación de riqueza.

Entran las reformas

Frente a esto último, el desafío es gigantesco. El Gobierno actual puede afectar el crecimiento en los próximos años como resultado de dos de sus principales tendencias. De un lado, la intención de reformar casi todas las dimensiones del país. Del otro, la mayoría asume que es posible comenzar —casi— de cero y tiende hacia una mayor estatización, algo que se ha demostrado ser poco efectivo para garantizar mayor bienestar.

Hasta ahora, los proyectos de la reforma laboral, pensional, de salud y hasta de educación han generado muchos temores y críticas por parte de expertos. El reto se encuentra en cómo producir unas mejores propuestas.

Dos temas merecen una mención especial. El primero de ellos es una eventual reforma tributaria. Si bien es necesario un sistema tributario en el que seamos los individuos los que más aportemos y no tanto las empresas, primero también debe hacerse un ajuste de las necesidades de gasto del Estado.

Es insostenible el nivel de gasto actual. De un lado, los ingresos aún son muy bajos. Del otro, no es responsable seguir aumentando el nivel de la deuda externa pública.

Pero no solo es insostenible, sino que también sería ilegítimo. Con tantos escándalos de despilfarro y malgasto es por lo menos injusto que el Gobierno les exija a los ciudadanos que hagan el esfuerzo de pagar más impuestos, mientras este hace mal uso de esos recursos.

Foto: Mininterior

Un segundo tema es el de la transición energética. No es claro qué va a plantear el Gobierno, más allá de la confirmación de que no se harán nuevos contratos de exploración ni de petróleo ni de gas. Esta decisión ya de por sí es equivocada: la Agencia de Energía Internacional (IEA, según sus siglas en inglés) en su informe de 2023 señala que el año 2050, definido como de emisiones netas cero, no implica la eliminación del consumo de estos bienes. Al contrario, puede aumentar y sostenerse hasta el año 2070 o 2100.

Fuera de esta equivocación, el Gobierno, tan bueno para plantear ideas, se ha quedado corto en la elaboración de un plan detallado de transición energética. ¿Qué recursos serán utilizados? ¿Cuál es el cronograma? ¿Cómo se configurará la matriz energética? ¿Cuál va a ser el papel de, por ejemplo, los vehículos eléctricos, los vehículos de carga, la construcción, entre otros? Este es un reto que se hace determinante en tanto el Gobierno ha decidido meterse en una transición acelerada e ingenua.

Pero el principal reto es el de ideas

El manejo económico depende de las ideas, de las creencias, en torno a lo que es problemático y a lo que se debe hacer.

Este Gobierno tiene el principal reto en este ámbito. De un lado, ha generado un contexto de pesimismo y preocupación. Fedesarrollo ha mostrado el deterioro de los índices de confianza comercial, industrial y del consumidor. Esto no cambia con meras declaraciones por parte del Gobierno ni, peor, por la vía de la propaganda.

Lo único es que el Gobierno demuestre pragmatismo y propuestas realizables. No puede quedarse en los discursos bienintencionados y los anuncios controvertidos.

Es importante que el Gobierno tome decisiones y para ello debe comenzar a cuestionar sus propias creencias. Este es, tal vez, el reto más urgente y difícil de alcanzar. Es difícil porque el Gobierno no es muy conocido por aceptar el disenso a su interior y, al contrario, prefiere confirmar sus creencias. Sucede con temas tan disímiles como el de sustitución de importaciones o de causas de la inflación.

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