A pesar de los estragos causados por El Niño en Colombia, 16 municipios del norte, centro y occidente del país han logrado asegurar su seguridad hídrica. En un momento en el que ciudades como Bogotá y sus alrededores sufren cortes programados debido al riesgo de desabastecimiento, estos municipios han implementado medidas preventivas que les han permitido mantener un suministro de agua continuo y sin interrupciones.
Gracias a la anticipación y la colaboración ciudadana, liderada por la compañía Veolia, municipios de las regiones Caribe, Andina y Pacífico han sorteado la amenaza de la sequía. Un ejemplo destacado es el caso de municipios en Sucre y Córdoba, que se abastecen del acuífero de Morroa. La capacidad de este acuífero, junto con el uso de pozos profundos, ha asegurado un suministro sostenible de agua, incluso en territorios alejados de las fuentes principales, facilitando su desarrollo y extendiendo el servicio a zonas rurales dispersas.
A su vez, municipios como Magangué y Montería han implementado estrategias específicas para enfrentar la disminución en los niveles de agua. En Magangué, a pesar de la reducción del 80% en los niveles del río Magdalena, no se han experimentado racionamientos gracias a medidas como el monitoreo constante y el control de volúmenes de agua.
En Montería, proyectos como "Captación Nivel Cero" garantizan un suministro estable incluso durante la sequía.
Judith Buelvas, directora país de Veolia Colombia, destaca la importancia de la planificación y la gestión tecnológica para proteger los recursos hídricos en un contexto climático desafiante. La compañía cuenta con soluciones avanzadas en la gestión de agua municipal, que incluyen la detección de fugas, la optimización del consumo y una gestión inteligente de las redes.
En otras ciudades como Cartagena y San Andrés, se han implementado planes de contingencia y mejoras en las infraestructuras para asegurar el abastecimiento de agua potable. Estas acciones, combinadas con una cultura del ahorro y cuidado del agua, son fundamentales para mitigar los efectos de la emergencia climática en el país.
En resumen, la experiencia de estos municipios demuestra que, con una gestión adecuada y la colaboración entre el sector público y privado, es posible enfrentar los desafíos que plantea El Niño y garantizar la seguridad hídrica de las comunidades colombianas.